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domingo, 26 de abril de 2015

DOMINGO, LUCES... ¡Y ACCIÓN!: El caballero Oscuro: la Leyenda Renace

           En la sección más cinéfila de nuestro blog sobre psicología forense y criminal, no podíamos dejar sin terminar nuestra crónica sobre una de las trilogías más relevantes del cine de delincuencia y superhéroes de los últimos años, la de El Caballero Oscuro, del director Christopher Nolan (Memento, Origen, Interstellar…). Así pues, os traemos una breve descripción (sin spoilers) de la tercera y última de las películas que componen el mencionado trabajo cinematográfico: se trata de El Caballero Oscuro: la Leyenda Renace.
           
Portada en inglés de El Caballero
Oscuro: la Leyenda Renace
Estrenada en el año 2012, El Caballero Oscuro: la Leyenda Renace nos sitúa, como no puede ser ya de otra manera, en la ficticia ciudad norteamericana de Gotham. Si el/la lector/a ha echado un vistazo a nuestras entradas acerca de las dos películas anteriores de la trilogía, Batman Begins y El Caballero Oscuro, y más aún si ha tenido oportunidad de ver ambas películas, sabrá de sobra que Gotham es una gran ciudad cuya principal característica es la corrupción: en todos sus niveles poblacionales y profesionales, la trata de favores, la violencia y la injusticia han reinado durante décadas. Afortunadamente, la situación comenzó a cambiar cuando Bruce Wayne (interpretado por Christian Bale), hijo de la familia más acaudalada e influyente de Gotham, decidió ponerse la máscara y el traje de murciélago para combatir la injusticia con sus propias manos. Durante unos años, Batman, como es llamada la figura que el joven Wayne simboliza, atormentado por un pasado de orfandad tras el asesinato de sus padres delante de él mismo, ha combatido con relativo éxito a una banda de fanáticos radicales, conocidos como la Liga de las Sombras (Batman Begins), por un lado, y a un psicópata de mente privilegiada y profunda filosofía conocido como el Joker (El Caballero Oscuro), por otro.
Batman (Christian Bale)
            Sin embargo, tras verse obligado a difamar su propia figura en favor de la conservación de la fe de los ciudadanos en el bien y en la esperanza, después de una ardua persecución contra el Joker, Batman decide retirarse y, durante siete años, nada vuelve a saberse de él en toda la urbe. Mientras tanto, detrás de la aparente tranquilidad que ha logrado hacer reinar en la ciudad aún a costa de su propio prestigio como Batman, en realidad una nueva y profunda amenaza se cierne de nuevo sobre Gotham.
Bane (Tom Hardy)
            Tal amenaza es encarnada por Bane (Tom Hardy), un individuo frío, calculador y en abrumadora forma física, que resulta constituir el último reducto de la Liga de las Sombras en el mundo. Plenamente conocedor de la figura de Batman, y más consciente aún de la implicación de aquél en la derrota de la Liga de las Sombras años atrás, Bane llega a Gotham dispuesto a hacer prevalecer los radicales ideales de dicha comunidad, de los que se halla profundamente convencido: la idea de que la injusticia de los hombres de una sociedad sólo puede ser erradicada mediante la destrucción plena de la propia sociedad en sí.
Miranda Tate
(Marion Cotillard)
            Mediante el engaño y la fuerza, Bane se hace con el control de los medios que necesita para llevar a cabo su campaña en la ciudad. Sin embargo, la herramienta que va a permitirle someter y, después, destruir la ciudad de Gotham pertenece, paradójicamente, a Bruce Wayne: se trata de un potente reactor nuclear destinado a  la producción de energía, el cual podría sacar de sus momentos económicamente más bajos a la empresa de Wayne en caso de ser vendido a la prometedora empresaria Miranda Tate (Marion Cotillard) . Bane, sin embargo, tiene planes más que distintos para tal dispositivo: tras secuestrar a un eminente físico nuclear, se propone reconvertir el reactor en una enorme bomba nuclear capaz de reducir Gotham a cenizas en sólo unos segundos.
Jim Gordon (Gary Oldman)
            Ante semejante panorama, Bruce Wayne decide volver como Batman para combatir al portentoso villano, en el que será, de entrada, el reto físicamente más intenso que ha abordado hasta entonces. Afortunadamente para él, no se encuentra solo: de nuevo, lo acompaña su leal amigo Jim Gordon (Gary Oldman), uno de los pocos policías realmente honestos de la ciudad. Además, Batman contará con la ayuda de un joven e intrépido agente, Blake (Joseph Gordon-Levitt), quien desde el principio acierta a identificar la verdadera identidad del caballero Oscuro, instándolo a regresar mientras aún se encuentra retirado.
John Blake
(Joseph Gordon-Levitt)
            Existirá otro nuevo personaje más, Selina Kyle (Anne Hathaway), una joven que lucha por sobrevivir en la hostil ciudad de Gotham compaginando trabajos mundanos, durante el día, con la explotación de una asombrosa capacidad para el robo de joyas, por la noche. De cara a Batman, Kyle se mostrará colaboradora, pero sólo a cambio de un único favor: ser capaz de marcharse de la ciudad con las manos limpias para comenzar de nuevo su vida. En un principio, sin embargo, Kyle se verá a sí misma bajo el control de Bane, lo que pondrá a Batman en duda su amistad.
Selina Kyle (Anne Hathaway)
            Hasta el momento, la película promete, ¿no? Pues aun así, te reserva más de una sorpresa. El motivo de incluirla en este blog es que El Caballero Oscuro: la Leyenda Renace nos brinda una nueva oportunidad no sólo de acceder a la mente de un fanático criminal, sino también a la del héroe que está dispuesto a combatirlo desde la más honda pasión por la justicia y el bien. La película es oportuna, además, por la presencia que el fanatismo y el terrorismo están cobrando en la actualidad, y que para un psicólogo forense bien puede resultar más que interesante.
            ¿Por qué no ves la película y nos cuentas después qué te ha parecido? Déjanos tu comentario. Mientras tanto, te dejamos al final de la entrada la ficha de la película en la web IMDb (http://www.imdb.com), una completa base de datos cinematográficos en la que podrás encontrar todo tipo de información acerca de El Caballero Oscuro: la Leyenda Renace.
            ¡Que la disfrutes!

*    *    *
Ficha de la película en IMDb: http://www.imdb.com/title/tt1345836/?ref_=nv_sr_2 

sábado, 25 de abril de 2015

RADIO: ciberdelincuencia.

Como bien dice el título y como ahora escucharéis, existe la delincuencia por Internet. No es novedad, ¿verdad? Pues bien, en la mayoría de las ocasiones las redes sociales nos permiten abrirnos más a la sociedad, mostrar más de nosotros. No obstante, y aquí ¡cuidado lectores!, aquello que publicamos nos hace más o menos visibles, y todo puede ser utilizado por los agresores (fotos, vídeos, información...).

También he querido destacar que la ausencia de vigilancia hace mucho más fácil este fenómeno, y que en ocasiones la víctima no es capaz de detectar la agresión, o bien no sabe como denunciarlo (esto último ocurre frecuentemente también en el mundo físico).

El primer estudio que este programa nos muestra, nos aconseja el uso de supervisor por parte de alguien más (por ejemplo de los padres en caso de ser menores) y sistemas de protección como antivirus y privacidad de las reces sociales que se usan.

Escuchando este programa, podréis conocer los tipos de delincuencias que existen en nuestro país (desde económicos, hasta amenazas, acoso sexual, etc.), y sus respectivos porcentajes en España.
Os dejo el link abajo donde podéis escucharlo.


FUENTE: rtve.es
LINK: http://mvod.lvlt.rtve.es/resources/TE_SINVESC/mp3/8/2/1429780890728.mp3
FECHA: 23 de Abril de2015

sábado, 18 de abril de 2015

FORMAS DE CONTROL SOCIAL

La criminología se ocupa también de las denominadas formas de control social. El control social se define como el conjunto de instituciones, estrategias y sanciones que se establecen para prevenir y tratar el delito y comprende tanto los llamados sistemas de control formales, como son la policía, el sistema de tribunales de justicia o el sistema penitenciario que son los que intervienen para hacer frente al delito, como también las formas de control social que pudiéramos llamar previas, informales que día a día a lo largo de nuestra vida van formando y condicionando nuestro comportamiento.
La evolución y desarrollo de la Criminología exige, cada vez con mayor insistencia, la participación del Trabajo Social. El trabajo social, no solo está colaborando en el tratamiento de la delincuencia sino que está contribuyendo a la investigación sociológica del crimen para llegar a una mayor comprensión del problema e idear la forma más adecuada de acción para prevenir el delito.
El trabajo social no puede nunca investigar aspectos individuales sin relacionarlos con los aspectos sociales que rodean al individuo (factores familiares, económicos, culturales, áreas delictivas, estigma, ecología del delito, etc.); siempre estudia al individuo o grupo de individuos desde un punto de vista biosocial, su reacción frente al sistema de normas y valores, el porqué de su conducta desviada, las características de su personalidad, la estructura misma del sistema social que puede estar provocando lo que consideramos como "actos sociales anómalos".
En el campo de la criminología jurídica trata por todos los medios de orientar las reformas penales y penológicas tratando de ejercer influencia sobre la actitud de la justicia en relación con el delincuente3, mediante investigaciones sobre administración de la ley, tribunales, sentencias, prevención, etc.
El trabajo social tiene como objetivo el estudio del individuo, de los grupos, de las comunidades y de la sociedad en general y de su mutua influencia, o interacción; su investigación por lo tanto es principalmente aplicada, empírica; su metodología es esencialmente analítica y experimental.
Se da demasiado énfasis al estudio del delincuente en sí y poco a la forma de como se crea la ley, y a cómo se catalogan ciertas conductas como delictivas, o a cómo algunas conductas de determinados grupos no son catalogadas como tal.
Cuantas veces en el ejercicio profesional nos damos cuenta de que no podemos readaptar a un delincuente porque hay situaciones que no están a nuestro alcance resolver. Por ejemplo el tan clásico robo por necesidad, le estamos diciendo al transgresor que no cometa más tal acción por estar está reñida con la ley, tratamos de solucionarle su problema económico, de trabajo, etc., pero solo podemos darle a veces una ayuda, una limosna, pero no resolver el hecho que motivó su conducta y por supuesto, el individuo vuelve a robar.
Nos parece normal enviarlos a los reformatorios, a las cárceles, actitud ésta que entraña aceptación de la denominación de desviados sociales, creando estereotipos de conductas desviadas o delictivas.
Nos preocupamos demasiado de la incapacidad del delincuente para adaptarse a la realidad, a las leyes y a las reglas básicas de la sociedad a que pertenece y no nos preocupamos de las personas que hacen las leyes, de las leyes mismas, no examinamos si éstas están bien concebidas y no con tribuimos al diseño de un sistema penal más justo.
El hecho de abocarse solo al estudio del delincuente deja de lado a aquellos individuos que cometen delitos y no se les descubre, ya sea porque son lo suficientemente hábiles para no ser descubiertos o por respaldarse en el poder a estos individuos se les premia y asciende de categoría. Es hora de cuestionar el uso que se le da al poder y no solo dedicarse al estudio de aquel que recibe su descarga.

Es por eso que considero que el Trabajo Social puede y debe fomentar los cambios sociales no a nivel de infraestructura sino de la supraestructura. En el campo de la criminología su importancia queda de manifiesto.

Enlace al artículo
Autor: Lucy Alvarez de González

domingo, 12 de abril de 2015

Grafología: ¿puede la escritura describir al delincuente?

    La grafología se define como el estudio que, a partir de la escritura manuscrita de una persona, se propone extraer características mentales, emocionales, intelectuales e incluso fisiológicas del sujeto estudiado.

    Desde hace décadas, ha existido un profundo y profuso debate acerca de si la Grafología es o no una disciplina científica, así como de si es verdaderamente capaz, o no, de extraer conclusiones acerca de las personas que puedan resultar útiles de cara a una tarea de peritaje de las mismas o incluso como prueba judicial en caso de que el sujeto no sea otro que un criminal.
    
    Como os podréis imaginar, esta última tesitura es la que más interés nos despierta en este blog de Psicología Forense. En este sentido, como colaborador del mismo, me ha llamado mucho la atención uno de los muchos trabajos redactados en relación con esta disciplina, escrito por Berta Andress Metge, Miembro de Honor de la AGC (Asociación de Grafoanalistas Consultivos) de España y, durante bastantes años, Presidenta de la Asociación Grafopsicológica de Madrid y Directora de Publicaciones de la misma institución. El motivo de mi interés es que, al margen de la creencia personal del lector acerca de la Grafología, este texto le permite aventurarse en el mundo de esta disciplina de la mano de alguien entendido que, en este caso, efectúa además una defensa de la misma y de su estatus.

    En esta entrada, he recogido dos de los apartados del documento en cuestión: El estudio de la escritura como detector del carácter del delincuente, por un lado y, por otro, Estudio de las escrituras del entorno del delincuente. Con todo, os invito encarecidamente a pasaros por el documento original en Internet, cuyo enlace adjunto al final de la presente entrada, porque aún cuando científicamente no le otorguéis, en principio, gran crédito, lo cierto es que no tiene desperdicio. ¡Que lo disfrutéis!

*    *    *
EL ESTUDIO DE LA ESCRITURA COMO DETECTOR DEL CARACTER DEL DELINCUENTE

    Aunque algunos autores definen los rasgos de personalidad que pueden llevar a una conducta antisocial, como por ejemplo Crépieux-Jamin en su libro “ L’ écriture des canailles” cita como rasgos que pueden condicionar el comportamiento social negativo de un sujeto, la falsedad, el orgullo, la vanidad, el egoísmo, la codicia, los celos, la pasionalidad, la confusión mental, la desconfianza, la inflexibilidad... Eso no quiere decir que por el mero hecho de tener algunas de estas características, la persona ya es un delincuente en potencia o de hecho, si no que se tendrán que dar las situaciones especiales oportunas para que esto ocurra, ya que la inmensa mayoría de las personas no delinquirán jamás.

    El conocer qué rasgos de la personalidad constituyen una base para este tipo de actuación, significa en primer lugar, prever un riesgo pero, por supuesto que por el estudio de la escritura no podremos, en ningún caso, prever si una persona va a cometer un delito ni cuándo. Sin embargo, ese conjunto de datos sí nos será muy útil para que, conociendo sus características personales, podamos comprender mejor las profundas causas que pueden llevarle a actuar de un forma concreta. A través de su escritura habremos podido determinar que su personalidad posee una estructura psicótica, psicópata o perversa, que pueden ser la causa de algunas enfermedades mentales que propician cierta tendencia a que los que las padecen puedan desarrollar conductas peligrosas, como algunos tipos de esquizofrenia, la paranoia, el alcoholismo, sobre todo el estado de embriaguez, o la histeria en sus aspectos más graves. Afortunadamente, todos estos enfermos tienen hoy, muchas posibilidades de controlar estas enfermedades gracias a la quimioterapia actual.

ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS DEL ENTORNO DEL DELINCUENTE
    Hemos visto algunas de las características por las que se puede conocer al delincuente y llegar al por qué de su actuación, cuando la persona que recibe el daño, es decir, la agresión, no está vinculada al agresor, o sea, que se tarta de una actuación por su parte, espontánea o madurada, que fluye de él mismo, sin aparente o no, provocación externa.

    La mayoría de los delitos de agresión que se cometen contra alguien del entorno familiar, social, laboral, etc. del agresor/a a quien él o ella conoce bien, con quien incluso, pueden tener una relación de amistad, laboral etc.

    En estos casos será la Grafología de gran ayuda a la hora de esclarecer y quizá de recomponer el tipo de relación anímica del agresor con su víctima. Para ello tendremos que estudiar también, la escritura del agredido, porque quizá nos ayude a dar con el origen y el móvil que ha llevado a que se desencadene el acto de violencia. Y aunque, por supuesto, éste no podrá ser nunca justificado, pero quizá se pueda llegar a entender por lo menos, y en alguna medida deducir o encontrar, el motivo.

    Llegado a este punto quisiera recordarles las discusiones de las últimas décadas sobre el papel de la víctima de la agresión, por su posible doble papel de agresor-víctima.

    Desde el punto de vista del desarrollo individual y su confrontación con el exterior, hay que recordar que existe una gran diferencia en la capacidad de aceptar la presión social, familiar o laboral de unas personas y otras, dependiendo de muchos factores inherentes a cada personalidad, donde contará de forma importante, no solo su equilibrio mental y emocional, sino su educación, su nivel cultural así como su grado de integración en la sociedad, dentro del entorno social en el que se mueve, y sus cualidades humanas.

    Así pues, mientras que en una fuerte personalidad, madura y equilibrada, estas presiones externas , se soportan, en cambio en una personalidad más débil, inmadura, poco formada intelectualmente, mal integrada en su medio, bajo la presión de otra u otras personas que la mortifican, la injurian o menosprecian, la consideran una inútil (esto último, así como la falta de hombría, de aspiraciones, suele darse más frecuentemente en contra de los hombres), sufre profundamente bajo cualquiera de estas presiones dando lugar a conductas agresivas y tanto en el caso de los hombres como de las mujeres, la agresividad llega incluso a los maltratos, tanto de palabra como de obra.

    Estas actuaciones de presiones extremas, puede llevar a quienes las padecen, a sentirse desbordados por todo lo que están soportando, y al no saber controlar la nueva situación o buscar soluciones adecuadas, atacan a su o sus torturadores, de forma desmedida, llegando en muchas ocasiones, a mortales consecuencias.

    Por supuesto que el agresor es culpable sin ningún género de dudas, pero también es posible que el agredido tenga su parte de responsabilidad en el origen del hecho. Esto lo podremos definir, con toda seguridad, cuando estudiemos su escritura y podamos suponer que motivos han llevado al agresor a tales extremos de paroxismo y de falta de todo tipo de control. Pero en este caso no podemos olvidar que nos queda una gran posibilidad de comprobación, gracias, lo repetimos una vez más, al apoyo que ofrece el estudio de la escritura de la víctima.

    Pero también tenemos otra vertiente del problema, aquella en la que el agredido no tiene característica ninguna que motiven un ataque, si no que un problema de agresividad, violencia y abuso de poder del agresor es el desencadenante de la agresión. Este aspecto de la agresión creará, lógicamente más culpabilidad.

    Por tanto, una vez estudiados los casos de delincuencia y determinados los aspectos de la personalidad del delincuente, será muy útil a quienes se ocupan de su rehabilitación y reinserción en la sociedad, pues podrán enfocar con mayor amplitud de datos sus trabajos.

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    Enlace al contenido original: http://www.grafoanalisis.com/Grafologia_y_delincuencia.pdf

domingo, 29 de marzo de 2015

Cuando los medios de comunicación son útiles para los delincuentes

                Cuántas veces hemos pensado, mientras vemos por la televisión noticias acerca de la búsqueda de algún delincuente, algo como: “¿y esta información no le viene bien al sospechoso para volverse aún más escurridizo?”. Y cuántas veces hemos dicho aquello de “Si continúan explicando cómo funciona ese sistema de seguridad, ¿no harán que los futuros delincuentes sepan mejor cómo eludirlo?”. Pues bien, la realidad es que esto ocurre.
                Ciertamente, la policía, los jueces y los medios de comunicación ven irremediablemente confrontados sus cometidos cuando, ante una investigación de los primeros, los segundos exigen el mayor secreto posible mientras que los terceros acogerán de buen grado toda información que puedan divulgar entre sus lectores y espectadores. De esto se deriva una realidad problemática cada vez que los cuerpos de seguridad han de abordar la búsqueda y captura de cualquier presunto criminal, ya que los delincuentes, mientras campan líberos y son objeto de búsqueda, siguen los medios de comunicación para mantenerse al corriente no sólo del estado de la operación contra ellos emprendida, sino también de las medidas que la policía suele adoptar y poner en práctica para concluirla con éxito. En muchos casos, esto les permite resguardarse de las autoridades durante más tiempo y con mayor eficacia.
                En la noticia que presentamos a continuación, cuyo contenido original puede consultar el lector a través del enlace referido al final de la misma, y que ha sido extraída del diario El País, esta realidad es puesta de manifiesto contando, además, con testimonios de personas directamente implicadas que dan una idea de la dimensión del problema
 ¿Dónde están los límites entre el derecho a la información y la eficacia policial? No dudes en opinar con un comentario en esta entrada.
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Hay delitos menores, delitos mayores y delitos que generan alarma social, circunstancia esta última que multiplica hasta límites insospechados el trabajo policial. Es el ejemplo de los casos de “interés general”, cuando la pausa necesaria para una rigurosa investigación policial se contradice con las necesidades informativas de los medios y la presión de las autoridades para satisfacer esa demanda (y a veces sus intereses políticos). El policía se encuentra ante la obligación de informar al juez, ante el acoso periodístico que se ampara en una demanda ciudadana y ante la exigencia del cargo de dar respuestas en tiempo real. ¿Hay una política informativa diseñada para casos así? ¿Un protocolo de actuación? La respuesta es muy sencilla. No.

Sobrellevar una investigación policial y, al mismo tiempo, una estrategia informativa es una de las peores pesadillas del policía. El juez exige secreto; el periodista, información, y el político, progresos. Fuera de los despachos, en la calle, camina un delincuente, sigue actuando o simplemente está atento a la prensa para saber si le quedan huellas por borrar. Leen la prensa y ven la televisión.

“A mí, algunas investigaciones me las ha echado por tierra el delegado del Gobierno de turno que ha terminado ofreciendo detalles útiles para los delincuentes”. Esta severa acusación la profiere un experimentado policía con años a sus espaldas en la lucha antiterrorista y el narcotráfico. “Lo peor para cualquier policía es la presión de los mandos políticos. ¿Quién le niega a los jefes un dato?”. La respuesta es sencilla. Nadie.

El caso del pederasta de Ciudad Lineal en Madrid representa uno de estos ejemplos. Como antes lo fue el de la niña Asunta, en Galicia. Por cierto, el juez que lo instruye acaba de publicar una novela sobre una situación muy parecida. ¿Casualidad? Es su segundo libro: dos casos mediáticos, dos libros. Otra eventualidad que afecta a la investigación: cuando al juez le gustan las cámaras.

En el caso del pederasta de Ciudad Lineal, la policía se encuentra ante un delincuente atrevido y peligroso. Actúa al aire libre, bajo el anonimato de una gran ciudad. Sus víctimas son menores. El eslabón más débil de la cadena. Es el caso paradigmático que origina gran alarma, máxime si las autoridades lo declaran “enemigo público número uno”, condición innecesaria a efectos policiales. ¿Mejora esa declaración la investigación policial? La respuesta es igualmente sencilla. No.

Se divulgaron pormenores sobre búsqueda de imágenes en cámaras de seguridad de bancos y establecimientos, supuestos detalles de un retrato robot, especulaciones sobre el uso de diferentes vehículos. “A veces, los periodistas no se dan cuenta de que ciertas informaciones ofrecen datos útiles para los delincuentes. Les estamos enseñando a no cometer errores”, apunta un comisario. En una investigación compleja, donde el secreto tiene vías de agua, algunos se atreven a dar pistas falsas para que el delincuente cometa errores, piense que la policía va por un camino equivocado o reciba cierta información. En el caso del pederasta de Ciudad Lineal, la policía hizo especial hincapié en que las dosis de Orfidal que recibían algunas de las víctimas, a las que adormecía, podían ser letales: la intención de esta información era que el criminal lo tuviera en cuenta: “Teníamos miedo de que matara a su próxima víctima”, reconoce uno de los mandos del caso.

“No hay protocolos”, sostiene un antiguo jefe de prensa policial. “No tenemos una hoja de ruta. En estas situaciones, los políticos nos llevan ventaja: saben manejar mejor la relación con la prensa, las entrevistas off the record, las reuniones confidenciales con periodistas”. De todo eso hubo en el caso de Ciudad Lineal, que llegó a su colofón con una conferencia de prensa en directo, dirigida por el ministro del Interior, acompañado de altos cargos nacionales y locales. El enemigo público número uno había sido detenido.

La alarma social ha desaparecido. Las cámaras se van retirando. Ese enemigo público es ahora un presunto culpable. Para la policía y el juez prosigue la fase de instrucción. Para las autoridades políticas es un caso cerrado.

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Fuente: El País (elpais.com)
Enlace al contenido original: http://elpais.com/elpais/2014/10/20/eps/1413801619_215302.html

¿Qué había en la mente del pederasta de Ciudad Lineal?

                Sin duda, uno de los casos que más ha agitado a los lectores de los periódicos y a los espectadores de las noticas de nuestro país en los últimos años ha sido el de Antonio Ortiz, conocido como “el pederasta de Ciudad Lineal”, quien sólo durante el pasado año 2014 abusó de cinco niñas en aquel barrio de la ciudad de Madrid, y que ya en los años noventa había cumplido condena por un delito semejante.
                El motivo de traer a colación este caso en nuestro blog sobre Psicología Forense es lo particularmente interesantes que resultan los resultados arrojados por los informes psiquiátricos que le fueron tomados al delincuente tras su detención seis meses antes de la publicación de esta entrada. ¿En qué sentido se muestran singulares? Muchas personas podrían esperar que el sujeto se mostrase hostil, o incluso arrepentido. Pero existe un matiz que destaca sobre todos los demás: su falta de culpabilidad. En efecto, los informes destacan este rasgo, teniendo en cuenta una capacidad aparentemente intacta, por parte del sujeto, para discernir las prácticas éticamente aceptables de los actos dañinos hacia los demás. No obstante, no dejan de resultar claves otros atributos como su elevado autoconcepto y su bajo sentido de la responsabilidad.
                Estos resultados los hemos extraído de la noticia publicada por el diario El País el 16 de diciembre de 2014, y en el que pone de manifiesto los mismos. Aunque adjuntamos aquí el texto de dicha publicación, al final de la misma el lector puede encontrar el enlace al contenido original de la misma en la propia web del mencionado rotativo español.

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El supuesto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, detenido el pasado mes de septiembre, no sufre ningún trastorno psiquiátrico que le impida saber si comete conductas delictivas o no. Lo que sí padece es un trastorno de la personalidad con rasgos disociales y narcisistas, que le conducen a no sentir culpa por lo que hace, según un informe psiquiátrico encargado por el magistrado del caso, que lleva el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid, Arturo Zamarriego.
El informe, que ayer fue entregado a las partes personadas en el caso, destaca que el trastorno de la personalidad le hace tener una baja empatía y tendencia a la manipulación superficial afectiva, además de incapacidad de sentir culpa.
El documento también añade que Ortiz tiene una baja tolerancia a la frustración e incapacidad de sentir culpa y aprender de la experiencia. El supuesto pederasta se caracteriza por “un sentido elevado de sí mismo y dificultad de asumir responsabilidades,situándose en posición de víctima con tendencia a externalizar el origen de sus conflictos”.
Este informe descarta, en principio, que se le pueda aplicar alguna atenuante o eximente por problemas mentales. Los forenses han determinado que el supuesto autor de las agresiones sexuales a menores sabe lo que es real y lo que no lo es.
El juez instructor ha decidido mantener la prisión provisional tras toda la prueba practicada hasta el momento en la instrucción. En ella se encuentran los resultados de las ruedas de reconocimiento, las pruebas de ADN y las huellas halladas en uno de los pisos del supuesto pederasta, en el distrito de Ciudad Lineal.
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Fuente: El País (elpais.com)

domingo, 22 de marzo de 2015

Criminología Ambiental: ¿El entorno favorece el crimen?

Esta tarde, comentando con un amigo sobre el blog que hemos creado, comenzamos a preguntarnos sobre qué factores podían influir para que, por ejemplo en determinados países tengan mayores índices de criminalidad que en otros. En este sentido, recordé un capítulo de Había una vez... un homicidio de Discovery Channel en el que se trataba este tema. Allí se mostraban los resultados de un estudio de la Universidad de Princenton en el que se evidencia que "los cambios de temperatura y las precipitaciones aumentan los hechos de violencia hasta un 14 por ciento. Esto sugiere que la sociedad no funciona de manera independiente a su entorno sino que el clima y otros factores ambientales pueden ser determinantes a la hora de definir cuestiones como el estado de ánimo o el grado de delincuencia".

Sin saberlo, estábamos hablando sobre la criminología ambiental. En este artículo se define como "un campo que tiene en cuenta las variables externas y su relación con el delito", es decir, su objetivo principal es explicar y predecir qué situaciones son las más favorables para cometer ciertos delitos. Éste es muy utilizado principalmente en países con elevados signos de violencia, como por Estados Unidos y se exponen ciertos factores "comunes" en las regiones más violentas de este país que influyen en el comportamiento individual. Estos son: "menores ingresos per cápita, temperaturas extremas y cultura de honor". Además de estas variables, sabemos que las oportunidades también son un factor muy importante para que se produzca un delito. En consonancia con esto, el articulo de Laura Vozmediano y César San Juan titulado Criminología Ambiental: La ciudad como escenario del crimen comenta que "las oportunidades para delinquir son específicas para cada delito. Las circunstancias que facilitan un robo en un banco son radicalmente distintas de las del carterismo en la calle; incluso el robo de coches para vender sus piezas tiene un patrón de oportunidad muy distinto del robo de coches de lujo para su venta en el extranjero." 

Esta información es fundamental para entender cada situación y diseñar medidas de prevención para cada delito. Ambos autores señalan que "las oportunidades para el delito se concentran en ciertos lugares y momentos. Incluso en un barrio con altas tasas de delito, hay diferencias entre zonas, por ejemplo de una calle a otra. Los patrones del delito varían en función de las horas del día, y de los días de la semana, como reflejo de las oportunidades para cometerlos".

En el capítulo de Discovery Channel se decía que "los investigadores de la delincuencia, criminalidad y victimización toman en cueanta fundamentalmente cinco componentes claves: la geografía, el tiempo, la ley, el infractor y la víctima. Los criminólogos ambientales focalizan en el primero, considerando detenidamente la hora y el lugar"

Estos profesionales consideran que no solo influye el clima o la economía, sino que "hay pequeños factores que repercuten en la conducta social e individual, como por ejemplo el diseño urbano: no por nada en 1971 C. Ray Jeffery desarrolló un sistema de prevención del delito (CPTED) que busca a través de la alteración del espacio físico –por ejemplo, creando áreas verdes colectivas- influir en la toma de decisiones del criminal. Según su teoría, diseñar barrios más transitados promueve la vigilancia natural y disuade la actividad delictiva. Otro recurso frecuente es el mapeo del delito, que permite o no encontrar puntos de coincidencia entre las zonas con mayor nivel de criminalidad."

¿Qué pensáis sobre el estudio de estas variables? ¿Creéis que es importante para prevenir la delincuencia?

sábado, 21 de marzo de 2015

Tipos de homicidios

La RAE define el homicidio como "delito consistente en matar a alguien sin que concurran las circunstancias de alevosía, precio o ensañamiento."
La gran diferencia entre asesinato y homicidio recae en que el homicidio puede ser legal o ilegal, en cambio, el asesinato siempre es ilegal.
El homicidio incluye el asesinato, el homicidio sin predimitación y el homicidio legal.
El asesinato en primer orden, presenta las siguientes características: "tener malicia, ser intencional, deliberado y premeditado".
El asesinato de segundo orden, se caracteriza por los mismos rasgos que el asesinato en primer orden salvo en la intención, que este es intencionado.
Homicidio intencional con circunstancias atenuantes "aquellas circunstancias accidentales al delito, por incidir sobre el elemento esencial de la culpabilidad, producen el efecto de disminuir la responsabilidad criminal del sujeto determinado, en consecuencia, un menor quantum de pena" (Definido por una enciclopedia jurídica).
Homicidio involuntario o imprudente, que a su vez puede ser: por imprudencia o por negligencia.
Homicidio legal, es un  caso especial cuyas condiciones concuerdan con la ley y el autor no es responsable de sus actos.
Existen diversos homicidios en relación a los parientes, que se clasifican según:
-El parricido: "muerte dada a un pariente próximo, especialmente al padre o a la madre".(RAE)
-Filicidio: "muerte dada por un padre o una madre a su propio hijo"(RAE). De acuerdo a Resnick se pueden distinguir:
-Filicidio altruístico: tiene como objetivo principal "el alivio al sufrimiento propio del sujeto".
-Filicidio psicótico: la causa de este tipo de homicidio reside en una enfermedad mental por parte del progenitor.
-Filicidio del niño no deseado: la madre decide acabar con el hijo, ya que este había sido concebido ilegítimamente o por no ser del sexo que deseaban los padres, se le mata cuando aún es un feto.
-Felicidio accidental, no tiene una motivación y "el hijo/a muere debido a abusos, maltratos..."
-Filicidio vengativo se caracteriza por una intención de venganza, uno de los padres mata a su hijo para hacer sufrir al otro progenitor, como sería el caso de Tomás Bretón.
-Uxoricidio: "muerte causada a la mujer por su marido" (RAE)
-Fratricidio: "muerte dada por alguien a su propio hermano"(RAE)
-Soricidio: "homicidio en el que alguien asesina a su hermana"(RAE)
-Infanticidio: "muerte dada violentamente a un niño de corta edad"(RAE).
-Feticidio : "acción y efecto de dar muerte a un feto" (RAE)
Los homicidios citados son los más comunes, sin embargo, es esencial señalar que existen muchos más.
Todos los homicidios se pueden explican a través de componentes cognitivos,emocionales y afectivos...(Muchos de los psicópatas matan por algún problema que tuvieron durante su infancia, como serían los abusos sexuales,  el acoso, malos tratos..., lo que no es una justificación de su conducta sino una mera explicación de la misma).


Información sacada de... 
(1) http://www.asesinos-en-serie.com/tipos-de-homicidio-asesinatos-de-familia/
(2) http://www.monografias.com/trabajos89/homicidio/homicidio.shtml

"LAS MÚLTIPLES CARAS DE LOS AGRESORES SEXUALES"

La lacra de las agresiones sexuales no cesa. En callejones oscuros o a plena luz del día, en portales, a veces en el propio domicilio por parte de la pareja o de un ex... Un infierno para quien lo sufre. Y una pesadilla que en algún momento de su vida se cruza por la mente de cualquier mujer, aunque no haya padecido una experiencia tan trágica. Cada día se produce un delito de este tipo en Euskadi, según los datos de la Ertzaintza. El año pasado, 366. Dieciocho menos que el ejercicio anterior. Pese a todo, datos escalofriantes. ¿Qué es lo que lleva a un individuo a tomar por la fuerza a una desconocida o, a veces, incluso a una amiga? ¿Cuál es el perfil de este tipo de delincuente? 
"Siempre habrá agresores sexuales", admite Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, quien coincide con la Ertzaintza en que la prevención en este campo pasa la educación en la empatía, la igualdad de sexos y la terapia tanto en víctimas como en verdugos. 
En la mayoría de los casos -explica-, los atacantes son varones de entre 25 y 40 años -"cuando mayor es su nivel de vitalidad"-, que prefieren atacar de noche durante los fines de semana o las temporadas festivas. Pero, aún así, no existe un único patrón. Desde el envalentonamiento delante de los amigos hasta el simple desprecio hacia la mujer, los autores de este tipo de delitos responden a motivaciones de muy distinta índole, que repercutirán en gran medida en el riesgo de reincidencia. Estos son los perfiles más habituales.


 Los apasionales

No planifican. Los apasionales, cuenta Echeburúa, son agresores ocasionales. "No lo planifican, no ejercen violencia más allá de la necesaria para cometer el acto y no suelen reincidir", desgrana. Su escenario habitual es el de una discoteca, donde el alcohol, las drogas, el calor y la música excitante cocinan el caldo de cultivo que les llevará a cometer el delito. Suelen moverse dentro de un grupo de amigos, que es el que ejerce la presión que finalmente les lleva a atacar a una mujer. "Se envalentonan, aunque en un principio les parezca mal", precisa el catedrático. Esa misma falta de iniciativa personal es lo que después deriva con más frecuencia en el arrepentimiento.
'Dating violence'. Los apasionales derivan, cada vez con más frecuencia, en el denominado 'dating violence'. "Es un tipo de violencia entre iguales, personas que se conocen, amigos. Salen, consumen alcohol o drogas -aunque no siempre- y el varón intenta llegar a algo más", explica Echeburúa. Ante la negativa de su compañera, el 'falso amigo' trata de tomarla por la fuerza. "Si ella ha consumido alguna sustancia, no solo pierde la capacidad de defenderse, también la de discriminar cuándo está entrando en una situación de peligro", indica el psicólogo. Precisamente por la relación cercana que une a atacante y víctima, el incidente suele tener lugar en espacios privados, como una vivienda o un coche, y es por el mismo motivo que en demasiadas ocasiones las afectadas no denuncian lo sucedido. 

Los reincidentes

Merodeadores. Al otro lado del espectro se encuentran los agresores reincidentes, que se mueven por impulsos más complejos. "Estos son los que planifican, los que espían, los que merodean y esperan a la víctima idónea". El caso de una estudiante americana a pertenece, con toda probabilidad, a este tipo, señala Echeburúa. Aunque la violencia no entiende de estratos sociales, los criminales sexuales reincidentes suelen pertenecer a clase media-baja o baja -no tanto en los ocasionales-, según lo observado en las cárceles. "Estas personas no buscan ayuda por iniciativa propia; sólo se les detecta una vez están presos, así que es de ahí de donde se sacan las conclusiones", cuenta el psicólogo. 

Psicópatas sexuales. Tampoco todos los reincidentes se ajustan a una sola descripción. Dentro de este grupo, subyacen otros dos: los psicópatas sexuales y los sádicos. Los primeros son "personas frías, sin escrúpulos ni remordimientos. Utilizan a la mujer como instrumento para satisfacer sus necesidades y carecen de empatía", explica Echeburúa. No se preocupan por las consecuencias que puedan desencadenar sus actos, al menos para la víctima. "Si huyen, es solo por temor a que les pillen". Algunos, incluso, pecan de creerse invulnerables. "Llegan a desafiar a la Policía y dejan una señal, se autoengañan creyéndose más hábiles", comenta el catedrático.

  Sádico. Los agresores de tipo sádico son los más escalofriantes, aunque también los menos frecuentes. Echeburúa los describe como criminales que "disfrutan haciendo sufrir a sus víctimas". Al contrario que los psicópatas, que huirán si los gritos de su víctima pueden alertar a policía o transeúntes, para los sádicos "el lloro y el temor no son elementos disuasorios, sino excitantes". "Llegan a herir o a matar para obtener placer". 

 Revanchismo y humillación. Esa falta de respeto hacia la figura femenina es uno de los principales argumentos que esgrimen aquellos que no ven en la castración química la solución idónea a los delitos sexuales. "En muchos casos, el origen no es la excitación en sí, sino una actitud machista, revanchista contra la mujer o un intento de vejación por falta de autoestima o por un rechazo", expone Echeburúa. Recuerda cómo la violación ha sido uno de los métodos de humillación más común desde hace siglos; cómo los conflictos bélicos, los vencedores abusaban sexualmente de las mujeres de los vencidos. La solución, opina el psicólogo, pasa por inculcar, tanto en la infancia como en los penados, el valor del respeto, la igualdad y la empatía. "Si se ponen en el lugar del otro, será mucho más difícil que comentan actos violentos". 

El pedófilo 

Diferencias. El catedrático en Psicología Clínica aclara que no es lo mismo un agresor que recurre a un menor por la dificultad de haber accedido a un adulto que un pedófilo: "El pedófilo solo se siente atraído por menores, tiene fantasías con ellos, echa horas en Internet para encontrarlos, conocerlos y pierde el interés cuando aparecen las características sexuales secundarias, como senos o vello". 

Secuelas. Lo que lleva a otra pregunta: ¿cuál es el riesgo que corre una víctima infantil de convertirse en un futuro agresor? Concreta Echeburúa que las probabilidades ascienden a un 25%, aunque en ello influyen otros factores: "crecer en una familia desestructurada, no haber integrado lo que está bien y lo que está mal, no haber sido concienciado de lo que suponen estos actos..." Sin embargo, recuerda el experto, tres de cada cuatro jóvenes consiguen superarlo y disfrutar sin miedos de sus relaciones en pareja. "No es un destino inevitable", insiste. "El tratamiento en estos casos es muy importante, no solo para evitar que sean abusadores o sufran otros problemas como ansiedad, sino también para que no le teman a la intimidad con otra persona".

Fuente:BURGOS, E. (8 de Marzo de 2015). Las múltiples caras de los agresores. El Correo.