Sin
duda, uno de los casos que más ha agitado a los lectores de los periódicos y a los
espectadores de las noticas de nuestro país en los últimos años ha sido el de
Antonio Ortiz, conocido como “el pederasta de Ciudad Lineal”, quien sólo durante
el pasado año 2014 abusó de cinco niñas en aquel barrio de la ciudad de Madrid,
y que ya en los años noventa había cumplido condena por un delito semejante.
El
motivo de traer a colación este caso en nuestro blog sobre Psicología Forense
es lo particularmente interesantes que resultan los resultados arrojados por
los informes psiquiátricos que le fueron tomados al delincuente tras su detención
seis meses antes de la publicación de esta entrada. ¿En qué sentido se muestran
singulares? Muchas personas podrían esperar que el sujeto se mostrase hostil, o
incluso arrepentido. Pero existe un matiz que destaca sobre todos los demás: su
falta de culpabilidad. En efecto, los informes destacan este rasgo, teniendo en
cuenta una capacidad aparentemente intacta, por parte del sujeto, para
discernir las prácticas éticamente aceptables de los actos dañinos hacia los
demás. No obstante, no dejan de resultar claves otros atributos como su elevado
autoconcepto y su bajo sentido de la responsabilidad.
Estos
resultados los hemos extraído de la noticia publicada por el diario El País el
16 de diciembre de 2014, y en el que pone de manifiesto los mismos. Aunque
adjuntamos aquí el texto de dicha publicación, al final de la misma el lector
puede encontrar el enlace al contenido original de la misma en la propia web
del mencionado rotativo español.
* * *
El supuesto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, detenido
el pasado mes de septiembre, no sufre ningún trastorno psiquiátrico que le
impida saber si comete conductas delictivas o no. Lo que sí padece es un
trastorno de la personalidad con rasgos disociales y narcisistas, que le
conducen a no sentir culpa por lo que hace, según un informe psiquiátrico
encargado por el magistrado del caso, que lleva el titular del Juzgado de
Instrucción número 2 de Madrid, Arturo Zamarriego.
El informe, que ayer fue entregado a las partes personadas
en el caso, destaca que el trastorno de la personalidad le hace tener una baja
empatía y tendencia a la manipulación superficial afectiva, además de
incapacidad de sentir culpa.
El documento también añade que Ortiz tiene una baja
tolerancia a la frustración e incapacidad de sentir culpa y aprender de la
experiencia. El supuesto pederasta se caracteriza por “un sentido elevado de sí
mismo y dificultad de asumir responsabilidades,situándose en posición de
víctima con tendencia a externalizar el origen de sus conflictos”.
Este informe descarta, en principio, que se le pueda aplicar
alguna atenuante o eximente por problemas mentales. Los forenses han
determinado que el supuesto autor de las agresiones sexuales a menores sabe lo
que es real y lo que no lo es.
El juez instructor ha decidido mantener la prisión
provisional tras toda la prueba practicada hasta el momento en la instrucción.
En ella se encuentran los resultados de las ruedas de reconocimiento, las
pruebas de ADN y las huellas halladas en uno de los pisos del supuesto
pederasta, en el distrito de Ciudad Lineal.
* * *
Fuente: El País (elpais.com)
Enlace al contenido original: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/12/16/madrid/1418764205_511826.html
Este post me parece escalofriante, creo que es muy importante conocer los rasgos de personalidad de personas como él por si ocurrieran cosas similares en el futuro, aunque esperemos que no sea así.
ResponderEliminar¡Hola, Carolina! Muchas gracias por tu comentario.
Eliminar¿Sabes? Acerca de lo último que escribías sobre la importancia de conocer los rasgos de personalidad de este tipo de personas para prevenir sus potenciales acciones delictivas futuras, en este mismo blog una entrada de nuestra compañera Paula realiza una introducción al perfilamiento psicólogico que la policía realiza en estos casos. Quizás te interese. Aquí te dejo la URL: http://htsehaescritouncrimen.blogspot.com.es/2015/03/entremos-en-la-mente-de-los-asesinos.html?m=1
¡Saludos!
Coincido con Carolina Fernández, la entrada da escalofríos. En mi caso por como una persona puede cometer tales actos y no sentir remordimientos. Admitiré que ciertamente este hecho es curioso e interesante aunque si vamos al hecho de los rasgos disociales y trastornos de personalidad, la falta de culpa se ajusta a lo común.
ResponderEliminarHola, Silvia.
EliminarLa verdad es que no te quito la razón en esto último que comentas.
¡Muchas gracias por tu comentario!
Saludos.
No tengo mucho más que añadir a vuestros comentarios. Pero creo que el hecho de ser algo reciente y sobre todo cercano (capital de Madrid) lo que más nos hace preocuparnos. Sabemos que se dan casos de estos casi a diario en todo el mundo y probablemente se deberían tomar algunas medidas para evitarlo.
ResponderEliminarAdemás, cada muy poco tiempo, y desgraciadamente, aparecen noticias negativas sobre temas muy variados haciendo que las anteriores queden casi olvidadas, y eso conlleva un descuido a la hora de tomar las medidas necesarias.
Gracias José Ángel por tu entrada, me ha hecho reflexionar.
Hay que reconocer que es muy triste que una persona no tenga empatía hacia otros pero esa no es excusa para que cometa ciertas atrocidades, considero que las personas de este tipo deberían someterse a tratamiento psicológico para cambiar su forma de ser o al menos controlar su trastorno de personalidad.
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