lunes, 13 de abril de 2015

LOS LUNES ME MATAN : «El asesinato de Asunta pudo haber sido el crimen perfecto»

A Cruz Morcillo, una de las grandes periodistas de la «crónica negra» actual, el asesinato de la niña Asunta le ha dejado cicatrices emocionales. Su profundo conocimiento del caso le ha llevado a escribir el libro “El crimen de asunta”, en el que muestra su rigor, seriedad y dominio del oficio de la narración. Y afirma con rotundidad: «Este pudo haber sido el crimen perfecto»

¿Qué sensación te ha dejado el caso?


Ha sido muy duro emocionalmente hablando. He llorado muchos días escribiendo. A mi esta niña me impactó de una manera especial desde el comienzo. Por como era ella, por la dedicación, por el mimo con que hacía todo, por el empeño y por el esfuerzo que le dedicaba a todo. Y porque creo que fue bastante infeliz en los últimos meses de su vida. No merecía haber vivido así y, mucho menos, haber acabado así. Reconozco que sentí una gran empatía hacia ella. 

Necesitaba escribir el libro. Este libro. Aunque nadie hubiera estado dispuesto a publicarlo lo habría escrito. 


¿Este pudo haber sido un crimen perfecto?


Yo creo que sí, que pudo haber sido un crimen perfecto. Si en ese momento Rosario Porto no hubiera subido las escaleras y hubiera activado todas las alarmas intentado deshacerse de lo que luego ha sido una evidencia, un indicio, una prueba… Yo creo que pensaron que nadie les iba a señalar.

Estas hablando de la primera vez que acuden a la casa de Teo, nada más hacer la denuncia, a las 5.55 de la madrugada del domingo 22 de septiembre de 2013, ¿verdad?


Claro, cuando van al registro. Que no es un registro. El registro se inicia justo por la actitud de ella, de subir desesperada y dirigirse directamente a la papelera. Si ella no se hubiera dirigido a la papelera es posible que no se hubiera producido ningún registro después. Porque ella no era sospechosa en ese momento de nada. Y yo creo que, por eso, cuando la gente dice “es que como pudieron ser tan chapuceros si lo habían preparado”. Es que no fueron chapuceros. Es que ellos pensaron que nadie iba a mirar hacia ellos por su estatus social, económico, etc.

¿Por qué Asunta se había convertido en un estorbo?


No lo sé. No lo he logrado averiguar. En el caso de ella era porque quería iniciar una nueva vida. No acababa de poder iniciarla porque la tercera persona que había entrado en juego tenía, a su vez, su familia. Pero que duda cabe que la niña necesitaba una atención que ella no le estaba dando. Así lo dicen los autos judiciales. Para él, en cambio, al perder el punto de contacto con Rosario perdía su capacidad económica, de lo que vivía prácticamente. 

Por tanto, es menos claro porqué era un estorbo para él, desde mi punto de vista. Pero no hay otra explicación.

«ROSARIO PORTO TENÍA UN GRAN AFÁN DE APARENTAR»


En el libro nos cuentas que critica a su marido diciendo que era un pusilánime, que no tenía aspiraciones. Y eso es duro. Pero ella heredó un bufete importante de su padre y tampoco supo sacarlo adelante…


En mi opinión, son gente inconstante. Ambos son inconstantes y acomodados. Ella tenía un bufete de su padre que funcionaba maravillosamente, pero no quería ser abogada. Lo dice en su declaración ante los psiquiatras. De hecho, luego intenta hacer un master en arte. Va picoteando. 

Nunca tiene claro qué quiere hacer, qué quiere ser. Finalmente, en ese momento en que ocurrió todo, acabó siendo una rentista. Vivía de las rentas que le generaba todo el patrimonio inmobiliario que le habían dejado sus padres. Los fondos que poseía. Por cierto, una parte sin declarar. Ella lo cuenta en su declaración. Haciendo trampas. Una parte en B. 

Él llegó a tener un buen puesto, como jefe de prensa de los ayuntamientos en torno a Santiago, una vez que salió de El Correo. Pero las cosas no le fueron bien. Empezó a meterse en digitales, pero le pagaban poco y mal. 

Creo, y esto es una opinión personal, que ninguno de los dos tiene mucha devoción por el trabajo. 

¿Por qué envenenaron a Asunta a lo largo de tres meses? ¿Por qué no la mataron antes?¿Es que estaban probando como hacerlo?


Eso es lo que parece que se deduce de la instrucción. No se afirma en ningún sitio, de forma rotunda, que eso pueda ser así. No hay forma de probarlo. Para empezar, ni siquiera en la literatura médica hay antecedentes de haber suministrado, de forma casual, Orfidal a un niño. Porque no es un medicamento recomendado, bajo ningún caso, para un niño. 

Quizá era una forma de anular la voluntad de Asunta, he pensado yo. De que fuera menos consciente de algunas cosas que estaban yendo tan mal en esos últimos meses de su vida. 

Pero lo que es evidente es que el día del crimen se le suministra Orfidal, a la hora de la comida, según Toxicología. Y que ese Orfidal rinde su voluntad para que luego puedan asfixiarla. Eso sí es un hecho objetivo.

El resto, que se lo suministraron, también es objetivo. ¿El fin que tenían? Sólo nos podemos mover en el terreno de la especulación.

Alfonso Basterra dijo ante el juez de instrucción, José Antonio Vázquez Taín, que estuvo toda la tarde del sábado 21 de septiembre en su apartamento, que no salió. Pero hay un testigo que afirma que lo vio a él y a la niña caminando por la calle, sobre las 18.30. Luego, en otro momento del libro cuentas que Taín dice que Basterra bien podría haber ido en la parte de atrás del Mercedes de Rosario Porto cuando se dirigió a Teo con Asunta. ¿Basterra es la mente rectora detrás de este caso?


Yo creo que sí. Por una razón. Porque fíjate que ella en los correos que se cruzan, justo después de separarse, no es capaz de hacer nada por sí sola que tenga que ver con una cierta intendencia. Ni siquiera doméstica. Ni exterior. 

Alguien a quien le tienen que pelar los calabacines. Alguien que necesita que su exmarido le recuerde cuándo hacer el DNI de la niña, cuando ponerle la vacuna, dónde hacer la compra, los absorbe humedales de la finca de Teo… En fin, todo lo que es la intendencia mínima. 

No te hablo de arquitectura financiera ni nada por el estilo. Una persona así es muy difícil que tenga la determinación de hacer esto sola. 

Sobre todo hay otro factor: las pruebas toxicológicas de los cabellos de la niña indican de forma clara que desde tres meses antes se le habían suministrado pastillas. Y también hay suficiente información para saber que, al menos, en dos de esas ocasiones la niña estuvo con su padre.

«LAS PRUEBAS TOXICOLÓGICAS DICEN QUE DESDE TRES MESES ANTES LE HABÍAN SUMINISTRADO PASTILLAS A ASUNTA»

Basterra tiene que dejar el apartamento en el que vive a principios de septiembre y pide que le dejen un mes más porque es inminente su reconciliación con Rosario Porto. Y lo va contando. Sin embargo, el día antes del asesinato, el 20 de septiembre de 2013, Rosario se reconcilia con su amante, con el que había roto en junio pasado.

Permíteme que haga una precisión. Basterra iba a seguir con ese apartamento. No iba a dejarlo. Lo que ocurre es que cuando revisan todos sus correos electrónicos los investigadores se dan cuenta de que él ha enviado dos correos al casero y a un amigo diciéndoles que se va a quedar con el piso un mes más porque “aunque vuelve con Rosario…”. 

Pero nadie sabía que iba a volver con Rosario. Ni siquiera la propia Rosario hace la menor mención, ni en sus declaraciones ni en sus comunicaciones, a nada de eso. 

Ahí los investigadores ven una posible razón y una posible preparación por parte de él. No de ella. 

Él anuncia que va a volver con Rosario Porto a vivir y que va a retomar su relación, pero como la casa no estaba dispuesta porque estaban haciendo obras en la otra casa, en la de los padres, pues que se queda un mes más con el alquiler. 

Esto nadie lo sabía. Esto se descubre meses después de que ambos estén en la cárcel. Y lo que sí es evidente es que la noche antes del crimen ella vuelve a estar con esa tercera persona, que le hemos llamado Miguel Doré, para preservar su identidad.

Ha habido un hilo del cual no ha querido tirar el juez Vázquez Taín: el que conduce al sujeto que tuvo el portátil y el segundo móvil de Basterra. La Guardia Civil registró dos veces su casa y no los encontró. En un tercer registro aparecieron. ¿Por qué crees que no ha querido tirar de él?


Pienso que se lo estuvo planteando. Saben quién es. Pero, desde mi punto de vista va a suceder algo similar a lo que ocurrió en el juicio de Córdoba [caso Bretón] con la Policía y los huesos. Yo creo que la pretensión del instructor es que al final se abra una pieza separada y que eso se investigue por otro lado. 

Porque ten en cuenta que después de todo lo que se enturbió la investigación con el asunto del tercer imputado, del chico cuyo semen había aparecido en el laboratorio no se quiso seguir adelante. 

Sobre todo porque es alguien que está cerca, que es del entorno. No es alguien ajeno.

Desde hace diez años para acá ha habido un gran cambio en lo que a la investigación criminal se refiere por la aparición de tres recursos que antes no existían: las cámaras de circuito cerrado, los teléfonos móviles y el ADN. Los tres han jugado un papel fundamental en este caso también, ¿no?

El ADN ha sido importante, aunque no todo lo que se esperaba con respecto a la implicación del padre. De la madre, por supuesto. Porque se encuentra ADN en los pañuelos de esa papelera, donde está mezclado el de la madre y la hija, que más evidente no puede ser [en la casa de Teo]. 
Es tal cual tú lo dices, porque, primero se desmonta su primera mentira gracias a varias cámaras de circuito cerrado que hay en la calle, cuando queda grabada con Asunta en el coche. Y ahí no le queda más remedio que confesar que la niña había ido con ella a Teo, cuando antes había dicho lo contrario. Lo que le lleva a prisión. 
En segundo lugar, el posicionamiento de los teléfonos es clave también, porque ambos los apagan. Eso es, desde mi punto de vista y desde el punto de vista de la investigación, otro indicio de ocultación y de preparación. 

¿Por qué están, durante esas horas, por la tarde, los teléfonos de ella y de él apagados? 

Ella alega que el suyo se queda sin batería. Él no alega nada. Él, dice, estuvo leyendo. Tiene el teléfono apagado durante 5 horas. Es muy extraño. 
Hay numeroso ADN mezclado de madre e hija. E incluso hay ADN o cromosoma Y, en una prenda. En la prenda interior de la niña con el alotipo del padre, que no se ha podido determinar todavía qué papel ha tenido. Si significa algo. Si podían ser células epiteliales o qué. 
Yo no descarto que en el juicio ese sea otro elemento sobre el que haya un cierto debate.

¿Tú crees que un juicio como este, que tiene que ser con jurado, es posible encontrar a nueve hombres y mujeres que no estén contaminados?


Y yo te devuelvo la pregunta. ¿Tú crees que en algunos de los casos mediáticos, celebrados en los últimos años, ha habido algún jurado no contaminado? Yo, que no era una juradista, que no estaba convencida del jurado, cambié de opinión a raíz del caso de Córdoba precisamente. Y digo una cosa, si no queremos que eso pase, eliminemos la figura del jurado. Porque lo que no vamos a eliminar es la libertad de prensa y la libertad de comunicación. 

En la actualidad todo el mundo tiene una gran ansia de saber todo en cada momento. De ahí la proliferación de medios. Las empresas periodísticas, que son negocios, le dan salida. 

Es la pescadilla que se muerde la cola. O eliminamos el jurado o tenemos que conformarnos con lo que hay. Yo, aún así, creo que no hay ningún español que no conozca el caso pero creo que la gente es bastante responsable, en general, y que se sentará ahí para escuchar y ver todo lo que se les tiene que decir. 

Tenemos precedentes donde no ha habido condena.

¿Tú crees que Basterra pensaba que con la muerte de la niña tendría a Rosario Porto en sus manos de forma definitiva? Sí. 

Recuperaría la fuente de financiación…

Y la fuente de vida. El fiscal le pregunta a Rosario, en un momento dado: ‘¿Basterra gana lo suficiente para vivir?’ Y ella le contesta: ‘para mantenerse, sí. Para vivir como vivíamos, no’. 

Basterra ganaba muy poco dinero. Su piso era como el de un estudiante salvo que estaba ordenado. He visto muchísimas veces las fotografías. Es un piso mínimo. Acostumbrado como estaba a los viajes que ellos hacía a Oporto, a Londres, a Viena, a no se qué. Su vida de entonces no tenía nada que ver con la que había vivido antes. 

Evidentemente la muerte de Asunta la dejaba en sus manos.

¿Por qué escenifican la muerte de la niña en un sitio como ese?¿Por qué la dejan de la forma que la dejan? ¿Te lo has preguntado?


Eso fue lo que nos sorprendió a todos. A mi me contó un guardia civil que la niña había sido colocada. No la habían tirado allí de cualquier manera. 
Quería que la encontraran. Me recordó un caso que sigue sin resolverse, el de Deborah Fernández. Fue hace más de diez años. 
Deborah Fernández aparece en una cuneta tirada. Se hace una autopsia regular que no determina si ha muerto de muerte natural o si ha podido ser asfixiada. La colocan como si estuviera dormida. 
Asunta no parece que esté dormida, por la posición de la mano pero sí está colocada justo al lado de la cuneta. Es decir, iba a ser descubierta rápidamente. 
Ese mismo guardia civil me dijo que quien o quienes la dejaron allí porque no querían que se la comieran los animales.  Esto que he dicho es muy bestia, pero es una posibilidad. Si tú la metes en un bosque por ahí y no la encuentran…

¿Crees que a quien o a quienes abandonaron el cadáver de Asunta en ese lugar les pudo la emotividad?


Eso me decía el guardia civil. Pero yo disiento de él en que hubiera sido colocado. Quién o quienes la dejaron creyeron que podían ser sorprendidos porque por ahí pasaban coches y personas con bastante asiduidad. La bajaron y se marcharon. Fue todo muy rápido.

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