La grafología se define como el estudio que, a partir de la escritura manuscrita de una persona, se propone extraer características mentales, emocionales, intelectuales e incluso fisiológicas del sujeto estudiado.
Desde hace décadas, ha existido un profundo y profuso debate acerca de si la Grafología es o no una disciplina científica, así como de si es verdaderamente capaz, o no, de extraer conclusiones acerca de las personas que puedan resultar útiles de cara a una tarea de peritaje de las mismas o incluso como prueba judicial en caso de que el sujeto no sea otro que un criminal.
Como os podréis imaginar, esta última tesitura es la que más interés nos despierta en este blog de Psicología Forense. En este sentido, como colaborador del mismo, me ha llamado mucho la atención uno de los muchos trabajos redactados en relación con esta disciplina, escrito por Berta Andress Metge, Miembro de Honor de la AGC (Asociación de Grafoanalistas Consultivos) de España y, durante bastantes años, Presidenta de la Asociación Grafopsicológica de Madrid y Directora de Publicaciones de la misma institución. El motivo de mi interés es que, al margen de la creencia personal del lector acerca de la Grafología, este texto le permite aventurarse en el mundo de esta disciplina de la mano de alguien entendido que, en este caso, efectúa además una defensa de la misma y de su estatus.
En esta entrada, he recogido dos de los apartados del documento en cuestión: El estudio de la escritura como detector del carácter del delincuente, por un lado y, por otro, Estudio de las escrituras del entorno del delincuente. Con todo, os invito encarecidamente a pasaros por el documento original en Internet, cuyo enlace adjunto al final de la presente entrada, porque aún cuando científicamente no le otorguéis, en principio, gran crédito, lo cierto es que no tiene desperdicio. ¡Que lo disfrutéis!
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EL ESTUDIO DE LA ESCRITURA COMO DETECTOR DEL CARACTER DEL DELINCUENTE
Aunque algunos autores definen los rasgos de personalidad que pueden llevar a una conducta antisocial, como por ejemplo Crépieux-Jamin en su libro “ L’ écriture des canailles” cita como rasgos que pueden condicionar el comportamiento social negativo de un sujeto, la falsedad, el orgullo, la vanidad, el egoísmo, la codicia, los celos, la pasionalidad, la confusión mental, la desconfianza, la inflexibilidad... Eso no quiere decir que por el mero hecho de tener algunas de estas características, la persona ya es un delincuente en potencia o de hecho, si no que se tendrán que dar las situaciones especiales oportunas para que esto ocurra, ya que la inmensa mayoría de las personas no delinquirán jamás.
El conocer qué rasgos de la personalidad constituyen una base para este tipo de actuación, significa en primer lugar, prever un riesgo pero, por supuesto que por el estudio de la escritura no podremos, en ningún caso, prever si una persona va a cometer un delito ni cuándo. Sin embargo, ese conjunto de datos sí nos será muy útil para que, conociendo sus características personales, podamos comprender mejor las profundas causas que pueden llevarle a actuar de un forma concreta. A través de su escritura habremos podido determinar que su personalidad posee una estructura psicótica, psicópata o perversa, que pueden ser la causa de algunas enfermedades mentales que propician cierta tendencia a que los que las padecen puedan desarrollar conductas peligrosas, como algunos tipos de esquizofrenia, la paranoia, el alcoholismo, sobre todo el estado de embriaguez, o la histeria en sus aspectos más graves. Afortunadamente, todos estos enfermos tienen hoy, muchas posibilidades de controlar estas enfermedades gracias a la quimioterapia actual.
ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS DEL ENTORNO DEL DELINCUENTE
Hemos visto algunas de las características por las que se puede conocer al delincuente y llegar al por qué de su actuación, cuando la persona que recibe el daño, es decir, la agresión, no está vinculada al agresor, o sea, que se tarta de una actuación por su parte, espontánea o madurada, que fluye de él mismo, sin aparente o no, provocación externa.
La mayoría de los delitos de agresión que se cometen contra alguien del entorno familiar, social, laboral, etc. del agresor/a a quien él o ella conoce bien, con quien incluso, pueden tener una relación de amistad, laboral etc.
En estos casos será la Grafología de gran ayuda a la hora de esclarecer y quizá de recomponer el tipo de relación anímica del agresor con su víctima. Para ello tendremos que estudiar también, la escritura del agredido, porque quizá nos ayude a dar con el origen y el móvil que ha llevado a que se desencadene el acto de violencia. Y aunque, por supuesto, éste no podrá ser nunca justificado, pero quizá se pueda llegar a entender por lo menos, y en alguna medida deducir o encontrar, el motivo.
Llegado a este punto quisiera recordarles las discusiones de las últimas décadas sobre el papel de la víctima de la agresión, por su posible doble papel de agresor-víctima.
Desde el punto de vista del desarrollo individual y su confrontación con el exterior, hay que recordar que existe una gran diferencia en la capacidad de aceptar la presión social, familiar o laboral de unas personas y otras, dependiendo de muchos factores inherentes a cada personalidad, donde contará de forma importante, no solo su equilibrio mental y emocional, sino su educación, su nivel cultural así como su grado de integración en la sociedad, dentro del entorno social en el que se mueve, y sus cualidades humanas.
Así pues, mientras que en una fuerte personalidad, madura y equilibrada, estas presiones externas , se soportan, en cambio en una personalidad más débil, inmadura, poco formada intelectualmente, mal integrada en su medio, bajo la presión de otra u otras personas que la mortifican, la injurian o menosprecian, la consideran una inútil (esto último, así como la falta de hombría, de aspiraciones, suele darse más frecuentemente en contra de los hombres), sufre profundamente bajo cualquiera de estas presiones dando lugar a conductas agresivas y tanto en el caso de los hombres como de las mujeres, la agresividad llega incluso a los maltratos, tanto de palabra como de obra.
Estas actuaciones de presiones extremas, puede llevar a quienes las padecen, a sentirse desbordados por todo lo que están soportando, y al no saber controlar la nueva situación o buscar soluciones adecuadas, atacan a su o sus torturadores, de forma desmedida, llegando en muchas ocasiones, a mortales consecuencias.
Por supuesto que el agresor es culpable sin ningún género de dudas, pero también es posible que el agredido tenga su parte de responsabilidad en el origen del hecho. Esto lo podremos definir, con toda seguridad, cuando estudiemos su escritura y podamos suponer que motivos han llevado al agresor a tales extremos de paroxismo y de falta de todo tipo de control. Pero en este caso no podemos olvidar que nos queda una gran posibilidad de comprobación, gracias, lo repetimos una vez más, al apoyo que ofrece el estudio de la escritura de la víctima.
Pero también tenemos otra vertiente del problema, aquella en la que el agredido no tiene característica ninguna que motiven un ataque, si no que un problema de agresividad, violencia y abuso de poder del agresor es el desencadenante de la agresión. Este aspecto de la agresión creará, lógicamente más culpabilidad.
Por tanto, una vez estudiados los casos de delincuencia y determinados los aspectos de la personalidad del delincuente, será muy útil a quienes se ocupan de su rehabilitación y reinserción en la sociedad, pues podrán enfocar con mayor amplitud de datos sus trabajos.
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Enlace al contenido original: http://www.grafoanalisis.com/Grafologia_y_delincuencia.pdf
Hola José Ángel, yo también iba a subir un post con lo que nuestra letra revela de nosotros mismo, pero como ya la has hecho tu, te dejo una página donde aparece más información que puede complementar a tu entrada y que ha sido publicada hace unos días.
ResponderEliminarhttp://www.abc.es/sociedad/20150410/abci-grafologia-lopez-assor-201504091259.html
Buenos días José Ángel,
ResponderEliminarQuizás ya suena muy repetitiva mi opinión. Es cierto que la discusión de si la grafología es ciencia o no existe, pero al igual que en el caso de interpretar manchas de sangre, recuerdos de testigos y otros tipos de datos, la grafología puede ser un factor más que ayude a realizar una mejor interpretación de los hechos (analizando tanto al agresor como a la víctima) e incluso puede revelar algo importante.
Sigo pensando que cualquier tipo de información es válida, tanto para averiguar algunas cosas como para descartar otras.
Muchas gracias.
La grafología me parece un campo verdaderamente interesante sobre todo en el ámbito jurídico. Sí qeu es verdad que por muchos está cuestionado como método científico pero estoy completamente de acuerdo con tu entrada.
ResponderEliminarMuchsísimas gracias por subir más información acerca de disciplinas como estas que se pueden usar en el peritaje de pruebas policiales para comprobar la grafología tanto de víctimas como de asesinos.