El pasado 5 de abril hablaba en la entrada Psicología en el interrogatorio policial sobre la importancia del
interrogatorio al sospechoso en la investigación policial, y señalaba
brevemente algunas de las técnicas más conocidas.
Ha considerado interesante nombrar la mayoría de las técnicas
empleadas, haciendo en esta ocasión una breve intervención sobre lo que se
pretende con cada una de estas, basándome en el capítulo IV del libro Psicología Criminal, del criminógolo José
María Otín del Castillo.[1]
·
Método indirecto: suele emplearse en situaciones donde
hay menor certeza de culpabilidad del sujeto o para tratar a sujetos con
conocimiento culpable, donde el interrogador ofrece una imagen de duda con
respecto a la inocencia del sujeto. Usa rodeos dialécticos, con preguntas
indirectas, y es el interrogado el que debe ir narrando lo que sabe. También se
usa la divagación para abarcar de más información y acabar concretando. Con
ello, se pretende además que puedan inventar una coartada coherente. Es
necesario controlar la dirección que toma el interrogatorio en todo momento.
·
Estrategia del desarrollo cronológico: esta estrategia trata de
establecer con coherencia la cadena casual que ha determinado la conducta
investigada. En este caso, o bien se señalan los motivos que han llevado al
sujeto a cometer el delito y después se le incrimina, o bien se plantea a la
inversa. Este método depende en buena medida de las pruebas obtenidas.
·
Estrategia del desarrollo lógico: estrategia muy vinculada al método indirecto que veíamos en
primer lugar, e incluso forma parte del mismo podríamos decir, ya que se trata
de partir de un punto más lejano temporal hasta el momento que interesa
investigar; el “pero” de este procedimiento es que el sujeto debe ser informado
en todo momento de los hechos concretos de los que se le acusa.
·
Actitud de acusación directa: aquí
el interrogador adquiere una cierta carga
de agresividad manifiesta, con una intervención muy participativa y
mostrando una gran seguridad en la culpabilidad del sujeto. Se emplea sobre
todo en los delincuentes que son habituales o con carácter más duro.
·
Actitud comprensiva-indulgente: la
siempre mencionada táctica del poli bueno,
suele ser para delincuentes que muestran una clara emotividad en el carácter,
lo cual supone para el interrogador adoptar una actitud abierta y no agresiva,
con alguna que otra atención personal, etc.
· Actitud de credulidad: técnica muy empleada en los casos de psicópatas necesitados de estimación social
e individuos border-line. El
interrogador no solo ve “normales” las “hazañas” del sujeto, sino que puede
permitirse alabarlas en cierta medida.
· Falsas confesiones: a veces puede surgir porque el interrogado crea que
es culpable cuando no lo es debido generalmente a algu tipo de trastorno o
enfermedad mental, o incluso amnesia o alguna intoxicación. Es necesario en
estos casos evaluar la fiabilidad de una confesión, para lo cual habrá que
tener especialmente presente las características del interrogatorio, las
circunstancias que llevaron a la detención del sujeto, etc.
[1] JOSÉ
MARÍA OTÍN. (2009). Técnicas de btención
de información en hechos criminales. PSICOLOGIA CRIMINAL(pp. 120-122).
Valladolid: Lex Nova
Estefany, mil gracias por meternos de lleno en el mundo de la criminalística con artículos y entradas como estas.
ResponderEliminarMuchas veces me pregunto si de verdad es útil el psicólogo en el curso de una investigación policial pero ver estos métodos de investigación y de participación en los interrogatorios, que son parte esencial en la resolución de un caso, cada vez me gusta más la idea de dedicarme en un futuro a especialidades como ésta.
Hola Paula:
ResponderEliminarMe alegra mucho que te gusten estos temas. Te animo a que si es tu vocación te dediques a ello, creo que necesitamos a más psicólogos en este ámbito en España.
Muchas gracias por tu comentario.