El peruano Pedro Pablo Nakada Ludeña se convirtió en un asesino en
serie apodado “el apóstol de la muerte”, debido a que mató
al menos unas 25 personas (no está del
todo claro el número exacto de víctimas), asegurando que Dios le ordenaba
matar. Se consideraba asimismo un limpiador cuya misión era limpiar el mundo de
la escoria que habitaba en él; en su interrogatorio declaró que al matar sentía
que estaba ayudando al mundo, no que estuviese cometiendo un acto censurable.
Se cree que lo que llevó a este hombre a pensar y actuar de
ese modo fue su infancia. Esta estuvo llena de golpes, por parte de su padre, y
burlas, por parte de los niños del colegio y de sus hermanos. Se estima que la raíz de su homofobia radical
que se refleja en sus crímenes procede de un altercado con sus hermanos. “Odio a
los maricones. Cuando yo era niño, mis hermanos me violaron porque creían que
yo había matado a una perra que teníamos y que además estaba preñada. Juro que
yo jamás le hice nada al animal”. Narró
Nakada.
Nombre:
Pedro Nakada – El Apóstol de la Muerte
Modus Operandi: mataba a sus víctimas con pistolas, a las
cuales ponía silenciadores que él mismo hacía a partir de zapatillas que
compraba específicamente para eso.
Victimología: homosexuales, prostitutas, drogadictos y
otros tipos de individuos mal vistos desde una moral canónica de raigambre
religiosa. También mató a gente inocente para conseguir dinero para seguir con
“la misión de Dios”.
Otros: El dictamen psiquiátrico fue que Pedro padecía
“esquizofrenia paranoide”, pero que era capaz de distinguir el bien del mal
Esta esquizofrenia se unía a una tendencia psicópata desembocando en la serie
de asesinatos. Según el propio Pedro tenía la misión encargada de Dios
de “limpiar el mundo de la escoria”.
Buenas tardes Silvia,
ResponderEliminarLo que me ha sorprendido de este asesino no es que matara, sino que lo hacía por motivos religiosos y sin sentir nada de culpabilidad.
Como bien sabemos, las experiencias en la infancia influyen mucho, y casi sin darnos cuenta, en las acciones futuras. Por eso creo que es importante una buena educación y asegurar el futuro de las personas desde que son pequeñas.
No había oído hablar de este asesino, gracias por la información.
Con cuerdo contigo Marta. Nuestra infancia es un momento donde debemos ser protegidos y guiados, si en vez de eso nos atacan y hieren pueden quedar secuelas que desemboque en casos como este.
EliminarHola Silvia,
ResponderEliminarCon este caso se nos demuestra lo importante que es la infancia, etapa que influye en el desarrollo de la agresividad, siendo el resultado de la observación directa o indirecta de ese comportamiento agresivo por parte de padres, hermanos o compañeros de clase, sin embargo, a pesar de haber observado o sufrido esos comportamientos, estos no significan una justificación de su comportamiento.
Buena y correcta observación Cristina. Si bien es cierto que nuestras experiencias en la infancia nos "forman", no son justificación alguna para cometer actos como los que cometió Pedro Nakada. Mi opinión personal en este asunto es que tanto lo vivido en la infancia como nuestros rasgos más biológicos y psicológicos son factores que pueden llegar a desencadenar tales actos.
EliminarGracias por el aporte, tapoco yo había oido hablar de este asesino. Curioso que en el dictamen psiquiátrico digan que "era capaz de distinguir el bien del mal", porque si llega a confundirlos no se que habría hecho...
ResponderEliminarSinceramente no me apetece nada averiguar que habría hecho es ese caso. Los actos que cometió ya son suficientemente escalofriante de por si en las circunstancias que se dieron.
EliminarEn cuanto al aporte no hay nada que agradecer, al fin y a cabo la finalidad de este blog es esa:). Espero que otras entradas también hayan podido ampliar tu conocimiento sobre la Psicología Forense y Criminal.