Son múltiples las excusas que utilizamos para defender nuestros actos, sin embargo el texto nos muestra que dichas excusas disiparon su utilidad hace ya tiempo y afirma que la cosa sería diferente si empleásemos argumentos como " lo siento cariño, la amígdala y el estriado ventral de mi cerebro estaban hiperactivados, la ínsula no fue capaz de inhibir mi conducta...Yo no tenía elección", ésto podría valer como justificación ante una infidelidad e incluso en "algunos casos librarse de la cárcel".
El artículo nos aporta el gran interés que hay en "querer interpretar no sólo como funciona el cerebro, sino también la mente, la conducta y hasta los valores", además de conocer donde se localiza la maldad, la bondad, el amor, la empatía y la responsabilidad, en todas éstas cuestiones juega un papel muy importante la neurociencia quien proporciona alguna respuesta pero no todas aquellas cosas que nos preguntamos, puesto que la neurociencia "estudia el cerebro y sus reacciones ante diferentes estímulos" añadiendo que "la mente es mucho más que eso, procesos mentales complejos".
Se nos revela que a veces en los tribunales se está procediendo a "la defensa de actos delictivos basadas en alteraciones cerebrales, viniendo casi a decir que no fue la persona la que cometió el acto, sino su cerebro dañado".
Una de las cosas claras que pretende dejar la noticia es " a la neurociencia le queda un largo recorrido y con sus hallazgos seremos capaces de comprender mejor (incluso tratar) aspectos patológicos de la conducta humana, pero conviene aceptar que algunas cosas nunca las llegaremos a saber; bien porque no debemos o porque no podamos".
Se afirma que "al hablar de determinismo cerebral, implicaría despojar al ser humano de su capacidad de decisión".
Se concluye, reforzando la idea de que las lesiones cerebrales, son limitaciones que a veces "explican los comportamientos incomprensibles, inmorales y hasta delictivos. Son lesiones que pueden llegar a privar de libertad al individuo por lo que su comportamiento no se considera ya un acto humano".
Tras leer el artículo se me quedan algunas ideas en el aire como: ¿Entonces una persona que no este "bien" de la cabeza y cometa asesinatos quedaría libre, entonces sus limitaciones cerebrales serían la excusa de sus actos y estos no se deberían castigar?, ¿ Si la persona que ha cometido el delito no paga por ello en la cárcel por ejemplo, tendrá que hacerse algo con ella, y que se haría?, ¿Cómo actuaría si la víctima de ese delito es un familiar suyo y la persona culpable no es sancionada?...
Tras todo esto, considero que este artículo está muy vinculado con la criminología, ya que si las personas culpables de un crimen, no se hace cargo de su conducta, por problemas en su cerebro, el mundo sería un gran caos, por que en el momento de que esas personas se volviesen a "descotrolar o estuviesen en un momento propicio", volverían a matar y esto no tendría fin, puesto que nunca serían castigados por sus actos y nunca aprenderían de su conducta.
Fuente: El País.com
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12/04/2015
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Totalmente de acuerdo Cristina, en que la neurociencia tiene un papel importantísimo en el campo de la criminología. Ya hay muchas investigaciones acerca de ello, pero aún quedan otras muchas por investigar. Y está claro que todo en la mente son procesos de respuesta a estímulos, pero son tan complejos que es casi impensable conocerlos todos.
ResponderEliminarEn este blog se han publicado entradas de tipo "La mente de un criminal", pero en realidad lo que se ha investigado es una pequeñísima parte de todo lo se debería tener en cuenta a la hora de analizar la mente de un criminal.
Gracias Cristina.
La verdad que se ha investigado una pequeña parte de la mente de un criminal, así que yo creo que es necesario seguir investigando para aumentar nuestros conocimientos acerca de estas personas cuya conducta no es la establecida como "normal" por la sociedad
EliminarComo bien dice tu artículo Cristina siempre intentamos buscar esa explicación fisiológica o biológica a la conducta criminal. Es imprescindible, en mi opinión, no olvidar el concepto Genes + Ambiente, en el sentido de que lo biológico es un factor muy importante pero no el único desencadenante.
ResponderEliminarEs verdad que nos resulta más sencillo siempre tener una explicación más científica, culpar a alguien siempre resulta más complejo y desagradable, pero entraríamos en el debate de lo deliberado y lo no deliberado, lo ético... de gran complejidad
Hola Laura, muy interesante la reflexión sobre el concepto de genes y ambiente, que comentas, muchas gracias por tu comentario.
EliminarCristina, quizás ante noticias como esta la reflexión que se me ocurre que deberíamos hacer es hasta qué punto influyen las lesiones o patologías a nivel cerebral en el comportamiento de una persona.
ResponderEliminarEs muy interesante el hecho de que muchas de las veces el trasfondo que se encuentra tras actos delictivos es un mal funcionamiento cerebral pero, al igual que reflexionabas al final de tu artículo, ¿no se deberían castigar también esos actos?
Se supone que esos comportamientos no son castigados de la misma manera que se harían con una persona "normal", pero se supone que si se toman medida, como ingreso en un psiquiátrico o incluso algunos ingresan en prisión pero con una reducción considerable de la pena de cárcel.
ResponderEliminarComo dice Paula, creo que sería interesante preguntarnos hasta qué punto influyen a nivel cerebral y en qué medida sería justa o no la imposición de un castigo. Lo complicado realmente es cómo hacer justicia, porque es muy complicado definir cuánto influyen dichas patologías en la libertad de las personas y en su decisión a la hora de perpetrar un crimen.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Estefany,ya que es muy díficil establecer de forma justa un castigo por un crimen y aún más si existen patologías en las personas que han llevado a cabo un delito.
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