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lunes, 13 de abril de 2015

LOS LUNES ME MATAN : «El asesinato de Asunta pudo haber sido el crimen perfecto»

A Cruz Morcillo, una de las grandes periodistas de la «crónica negra» actual, el asesinato de la niña Asunta le ha dejado cicatrices emocionales. Su profundo conocimiento del caso le ha llevado a escribir el libro “El crimen de asunta”, en el que muestra su rigor, seriedad y dominio del oficio de la narración. Y afirma con rotundidad: «Este pudo haber sido el crimen perfecto»

¿Qué sensación te ha dejado el caso?


Ha sido muy duro emocionalmente hablando. He llorado muchos días escribiendo. A mi esta niña me impactó de una manera especial desde el comienzo. Por como era ella, por la dedicación, por el mimo con que hacía todo, por el empeño y por el esfuerzo que le dedicaba a todo. Y porque creo que fue bastante infeliz en los últimos meses de su vida. No merecía haber vivido así y, mucho menos, haber acabado así. Reconozco que sentí una gran empatía hacia ella. 

Necesitaba escribir el libro. Este libro. Aunque nadie hubiera estado dispuesto a publicarlo lo habría escrito. 


¿Este pudo haber sido un crimen perfecto?


Yo creo que sí, que pudo haber sido un crimen perfecto. Si en ese momento Rosario Porto no hubiera subido las escaleras y hubiera activado todas las alarmas intentado deshacerse de lo que luego ha sido una evidencia, un indicio, una prueba… Yo creo que pensaron que nadie les iba a señalar.

Estas hablando de la primera vez que acuden a la casa de Teo, nada más hacer la denuncia, a las 5.55 de la madrugada del domingo 22 de septiembre de 2013, ¿verdad?


Claro, cuando van al registro. Que no es un registro. El registro se inicia justo por la actitud de ella, de subir desesperada y dirigirse directamente a la papelera. Si ella no se hubiera dirigido a la papelera es posible que no se hubiera producido ningún registro después. Porque ella no era sospechosa en ese momento de nada. Y yo creo que, por eso, cuando la gente dice “es que como pudieron ser tan chapuceros si lo habían preparado”. Es que no fueron chapuceros. Es que ellos pensaron que nadie iba a mirar hacia ellos por su estatus social, económico, etc.

¿Por qué Asunta se había convertido en un estorbo?


No lo sé. No lo he logrado averiguar. En el caso de ella era porque quería iniciar una nueva vida. No acababa de poder iniciarla porque la tercera persona que había entrado en juego tenía, a su vez, su familia. Pero que duda cabe que la niña necesitaba una atención que ella no le estaba dando. Así lo dicen los autos judiciales. Para él, en cambio, al perder el punto de contacto con Rosario perdía su capacidad económica, de lo que vivía prácticamente. 

Por tanto, es menos claro porqué era un estorbo para él, desde mi punto de vista. Pero no hay otra explicación.

«ROSARIO PORTO TENÍA UN GRAN AFÁN DE APARENTAR»


En el libro nos cuentas que critica a su marido diciendo que era un pusilánime, que no tenía aspiraciones. Y eso es duro. Pero ella heredó un bufete importante de su padre y tampoco supo sacarlo adelante…


En mi opinión, son gente inconstante. Ambos son inconstantes y acomodados. Ella tenía un bufete de su padre que funcionaba maravillosamente, pero no quería ser abogada. Lo dice en su declaración ante los psiquiatras. De hecho, luego intenta hacer un master en arte. Va picoteando. 

Nunca tiene claro qué quiere hacer, qué quiere ser. Finalmente, en ese momento en que ocurrió todo, acabó siendo una rentista. Vivía de las rentas que le generaba todo el patrimonio inmobiliario que le habían dejado sus padres. Los fondos que poseía. Por cierto, una parte sin declarar. Ella lo cuenta en su declaración. Haciendo trampas. Una parte en B. 

Él llegó a tener un buen puesto, como jefe de prensa de los ayuntamientos en torno a Santiago, una vez que salió de El Correo. Pero las cosas no le fueron bien. Empezó a meterse en digitales, pero le pagaban poco y mal. 

Creo, y esto es una opinión personal, que ninguno de los dos tiene mucha devoción por el trabajo. 

¿Por qué envenenaron a Asunta a lo largo de tres meses? ¿Por qué no la mataron antes?¿Es que estaban probando como hacerlo?


Eso es lo que parece que se deduce de la instrucción. No se afirma en ningún sitio, de forma rotunda, que eso pueda ser así. No hay forma de probarlo. Para empezar, ni siquiera en la literatura médica hay antecedentes de haber suministrado, de forma casual, Orfidal a un niño. Porque no es un medicamento recomendado, bajo ningún caso, para un niño. 

Quizá era una forma de anular la voluntad de Asunta, he pensado yo. De que fuera menos consciente de algunas cosas que estaban yendo tan mal en esos últimos meses de su vida. 

Pero lo que es evidente es que el día del crimen se le suministra Orfidal, a la hora de la comida, según Toxicología. Y que ese Orfidal rinde su voluntad para que luego puedan asfixiarla. Eso sí es un hecho objetivo.

El resto, que se lo suministraron, también es objetivo. ¿El fin que tenían? Sólo nos podemos mover en el terreno de la especulación.

Alfonso Basterra dijo ante el juez de instrucción, José Antonio Vázquez Taín, que estuvo toda la tarde del sábado 21 de septiembre en su apartamento, que no salió. Pero hay un testigo que afirma que lo vio a él y a la niña caminando por la calle, sobre las 18.30. Luego, en otro momento del libro cuentas que Taín dice que Basterra bien podría haber ido en la parte de atrás del Mercedes de Rosario Porto cuando se dirigió a Teo con Asunta. ¿Basterra es la mente rectora detrás de este caso?


Yo creo que sí. Por una razón. Porque fíjate que ella en los correos que se cruzan, justo después de separarse, no es capaz de hacer nada por sí sola que tenga que ver con una cierta intendencia. Ni siquiera doméstica. Ni exterior. 

Alguien a quien le tienen que pelar los calabacines. Alguien que necesita que su exmarido le recuerde cuándo hacer el DNI de la niña, cuando ponerle la vacuna, dónde hacer la compra, los absorbe humedales de la finca de Teo… En fin, todo lo que es la intendencia mínima. 

No te hablo de arquitectura financiera ni nada por el estilo. Una persona así es muy difícil que tenga la determinación de hacer esto sola. 

Sobre todo hay otro factor: las pruebas toxicológicas de los cabellos de la niña indican de forma clara que desde tres meses antes se le habían suministrado pastillas. Y también hay suficiente información para saber que, al menos, en dos de esas ocasiones la niña estuvo con su padre.

«LAS PRUEBAS TOXICOLÓGICAS DICEN QUE DESDE TRES MESES ANTES LE HABÍAN SUMINISTRADO PASTILLAS A ASUNTA»

Basterra tiene que dejar el apartamento en el que vive a principios de septiembre y pide que le dejen un mes más porque es inminente su reconciliación con Rosario Porto. Y lo va contando. Sin embargo, el día antes del asesinato, el 20 de septiembre de 2013, Rosario se reconcilia con su amante, con el que había roto en junio pasado.

Permíteme que haga una precisión. Basterra iba a seguir con ese apartamento. No iba a dejarlo. Lo que ocurre es que cuando revisan todos sus correos electrónicos los investigadores se dan cuenta de que él ha enviado dos correos al casero y a un amigo diciéndoles que se va a quedar con el piso un mes más porque “aunque vuelve con Rosario…”. 

Pero nadie sabía que iba a volver con Rosario. Ni siquiera la propia Rosario hace la menor mención, ni en sus declaraciones ni en sus comunicaciones, a nada de eso. 

Ahí los investigadores ven una posible razón y una posible preparación por parte de él. No de ella. 

Él anuncia que va a volver con Rosario Porto a vivir y que va a retomar su relación, pero como la casa no estaba dispuesta porque estaban haciendo obras en la otra casa, en la de los padres, pues que se queda un mes más con el alquiler. 

Esto nadie lo sabía. Esto se descubre meses después de que ambos estén en la cárcel. Y lo que sí es evidente es que la noche antes del crimen ella vuelve a estar con esa tercera persona, que le hemos llamado Miguel Doré, para preservar su identidad.

Ha habido un hilo del cual no ha querido tirar el juez Vázquez Taín: el que conduce al sujeto que tuvo el portátil y el segundo móvil de Basterra. La Guardia Civil registró dos veces su casa y no los encontró. En un tercer registro aparecieron. ¿Por qué crees que no ha querido tirar de él?


Pienso que se lo estuvo planteando. Saben quién es. Pero, desde mi punto de vista va a suceder algo similar a lo que ocurrió en el juicio de Córdoba [caso Bretón] con la Policía y los huesos. Yo creo que la pretensión del instructor es que al final se abra una pieza separada y que eso se investigue por otro lado. 

Porque ten en cuenta que después de todo lo que se enturbió la investigación con el asunto del tercer imputado, del chico cuyo semen había aparecido en el laboratorio no se quiso seguir adelante. 

Sobre todo porque es alguien que está cerca, que es del entorno. No es alguien ajeno.

Desde hace diez años para acá ha habido un gran cambio en lo que a la investigación criminal se refiere por la aparición de tres recursos que antes no existían: las cámaras de circuito cerrado, los teléfonos móviles y el ADN. Los tres han jugado un papel fundamental en este caso también, ¿no?

El ADN ha sido importante, aunque no todo lo que se esperaba con respecto a la implicación del padre. De la madre, por supuesto. Porque se encuentra ADN en los pañuelos de esa papelera, donde está mezclado el de la madre y la hija, que más evidente no puede ser [en la casa de Teo]. 
Es tal cual tú lo dices, porque, primero se desmonta su primera mentira gracias a varias cámaras de circuito cerrado que hay en la calle, cuando queda grabada con Asunta en el coche. Y ahí no le queda más remedio que confesar que la niña había ido con ella a Teo, cuando antes había dicho lo contrario. Lo que le lleva a prisión. 
En segundo lugar, el posicionamiento de los teléfonos es clave también, porque ambos los apagan. Eso es, desde mi punto de vista y desde el punto de vista de la investigación, otro indicio de ocultación y de preparación. 

¿Por qué están, durante esas horas, por la tarde, los teléfonos de ella y de él apagados? 

Ella alega que el suyo se queda sin batería. Él no alega nada. Él, dice, estuvo leyendo. Tiene el teléfono apagado durante 5 horas. Es muy extraño. 
Hay numeroso ADN mezclado de madre e hija. E incluso hay ADN o cromosoma Y, en una prenda. En la prenda interior de la niña con el alotipo del padre, que no se ha podido determinar todavía qué papel ha tenido. Si significa algo. Si podían ser células epiteliales o qué. 
Yo no descarto que en el juicio ese sea otro elemento sobre el que haya un cierto debate.

¿Tú crees que un juicio como este, que tiene que ser con jurado, es posible encontrar a nueve hombres y mujeres que no estén contaminados?


Y yo te devuelvo la pregunta. ¿Tú crees que en algunos de los casos mediáticos, celebrados en los últimos años, ha habido algún jurado no contaminado? Yo, que no era una juradista, que no estaba convencida del jurado, cambié de opinión a raíz del caso de Córdoba precisamente. Y digo una cosa, si no queremos que eso pase, eliminemos la figura del jurado. Porque lo que no vamos a eliminar es la libertad de prensa y la libertad de comunicación. 

En la actualidad todo el mundo tiene una gran ansia de saber todo en cada momento. De ahí la proliferación de medios. Las empresas periodísticas, que son negocios, le dan salida. 

Es la pescadilla que se muerde la cola. O eliminamos el jurado o tenemos que conformarnos con lo que hay. Yo, aún así, creo que no hay ningún español que no conozca el caso pero creo que la gente es bastante responsable, en general, y que se sentará ahí para escuchar y ver todo lo que se les tiene que decir. 

Tenemos precedentes donde no ha habido condena.

¿Tú crees que Basterra pensaba que con la muerte de la niña tendría a Rosario Porto en sus manos de forma definitiva? Sí. 

Recuperaría la fuente de financiación…

Y la fuente de vida. El fiscal le pregunta a Rosario, en un momento dado: ‘¿Basterra gana lo suficiente para vivir?’ Y ella le contesta: ‘para mantenerse, sí. Para vivir como vivíamos, no’. 

Basterra ganaba muy poco dinero. Su piso era como el de un estudiante salvo que estaba ordenado. He visto muchísimas veces las fotografías. Es un piso mínimo. Acostumbrado como estaba a los viajes que ellos hacía a Oporto, a Londres, a Viena, a no se qué. Su vida de entonces no tenía nada que ver con la que había vivido antes. 

Evidentemente la muerte de Asunta la dejaba en sus manos.

¿Por qué escenifican la muerte de la niña en un sitio como ese?¿Por qué la dejan de la forma que la dejan? ¿Te lo has preguntado?


Eso fue lo que nos sorprendió a todos. A mi me contó un guardia civil que la niña había sido colocada. No la habían tirado allí de cualquier manera. 
Quería que la encontraran. Me recordó un caso que sigue sin resolverse, el de Deborah Fernández. Fue hace más de diez años. 
Deborah Fernández aparece en una cuneta tirada. Se hace una autopsia regular que no determina si ha muerto de muerte natural o si ha podido ser asfixiada. La colocan como si estuviera dormida. 
Asunta no parece que esté dormida, por la posición de la mano pero sí está colocada justo al lado de la cuneta. Es decir, iba a ser descubierta rápidamente. 
Ese mismo guardia civil me dijo que quien o quienes la dejaron allí porque no querían que se la comieran los animales.  Esto que he dicho es muy bestia, pero es una posibilidad. Si tú la metes en un bosque por ahí y no la encuentran…

¿Crees que a quien o a quienes abandonaron el cadáver de Asunta en ese lugar les pudo la emotividad?


Eso me decía el guardia civil. Pero yo disiento de él en que hubiera sido colocado. Quién o quienes la dejaron creyeron que podían ser sorprendidos porque por ahí pasaban coches y personas con bastante asiduidad. La bajaron y se marcharon. Fue todo muy rápido.

jueves, 9 de abril de 2015

Psicología penitenciaria I: ¿El objetivo de las cárceles es castigar o rehabilitar?

Desde hace ya unas semanas, vengo pensando en este tema por lo que mis entradas esta semana girarán en torno a ello. Espero que os gusten, así que vamos a por ello.

 Si bien es muy importante el trabajo de investigación, busca y captura de los delincuentes y criminales, es más necesario saber qué va a pasar después de que salgan. Considero que la finalidad del actual sistema penitenciario español, lejos de buscar la "reeducación y la reinserción social de los reclusos", como reza en la Constitución y en la Ley Orgánica General Penitenciaria 1/1979, se basa fundamentalmente en mantener el orden y disciplinas de los mismos dentro de la cárcel.

Investigado sobre el tema, encontré un estudio realizado el año pasado por E.M Calvo sobre el Impacto del encierro carcelario en los cuerpos y emociones de las mujeres presas en el que se plantea esta problemática. El estudio se hizo en la prisión de Nanclares de Oca (Álava, Comunidad Autónoma de Euskadi) y se basa en entrevistas a 49 mujeres presas, las cuales relatan principalmente abusos por falta de intimidad, la poca asistencia sanitaria y psicológica.

Se describe entonces al sistema penitenciario como

"(...) un sistema social alternativo, donde están muy acentuadas las relaciones de poder y las dinámicas de género. El asfixiante ambiente de la prisión, tanto en su vertiente arquitectónica como en su configuración social, es fuente primordial de padecimientos psicológicos y emocionales de las mujeres presas. La pena privativa de libertad, a pesar de que en sus fundamentos legales tiene como principal objetivo la resocialización de las personas presas, en la práctica está principalmente orientada a la guarda y custodia, tanto en lo que respecta a la organización general de la vida en prisión, como en la arquitectura de los centros penitenciarios y las políticas penitenciarias. El propio personal sanitario reconoce esta priorización de lo regimental sobre lo asistencial entre las carencias estructurales de los centros penitenciarios españoles (CAPRI, 2003). La vida en prisión se convierte en un sistema social alternativo con su propia cultura, sus normas y hábitos, y sus propias dinámicas de relación, tanto entre las personas presas y el funcionariado, como entre las personas presas constituyendo una «institución total»" (Goffman, 1998).
Dentro de este entorno agresivo y disfuncional, las presas han confesado haber padecido ataques de ansiedad, depresión y, en algunos casos, intentos de suicidio. Esto es “tratado” por el personal sanitario con la prescripción excesiva de fármacos, que la mayoría de las presas deciden no tomar ya que reconocen que:
 “Aquí todo lo solucionan con pastillas. Los médicos. Bah, si estás nerviosa, una pastilla. Pero que no, yo lo que necesito es hablar, no necesito pastillas. ¿Prepotente? No soy prepotente. A mí me gusta que me escuchen.”
Esta realidad dificulta que se cumplan los objetivos fundamentales de la institución penitenciaria. Además de la poca colaboración que los/las internas dan a seguir el tratamiento para modificar su conducta, la masificación, la falta de medios, tiempo y preparación del personal psicológico, entre otros, imposibilitan que se dedique el tiempo suficiente a tareas terapéuticas y un excesivo gasto en fármacos desequilibran la balanza hacia una “opción rápida” que al final no sirve para nada. 

Tal como dicen Esther García Usieto e Iñaki Markez Alonso en su Guía. Atención y tratamientos en prisión por el uso de drogas es necesario (2012), entre otras cosas, que las políticas penitenciarias se adapten a las necesidades y demandas de las internas, ya que es bastante notable que éstas son tratadas más como un objeto que como sujeto.

Aquí os dejo el estudio completo realizado en la prisión de Nanclares de Oca.

Os invito a que saquéis vuestras propias conclusiones.

sábado, 21 de marzo de 2015

Entrevista a Stephen Porter, psicólogo forense

Normalmente, si se nos preguntara por las figuras claves en torno a un crimen, tenderíamos a pensar en el criminal, en las víctimas, en las autoridades y cuerpos de seguridad encargados de su localización y detención, así como en los testigos, los abogados, los fiscales, los jueces, etc. Pero esto es un blog sobre Psicología Criminal y Forense, así que no es precisamente sorprendente que, en esta entrada, pongamos el punto de mira en otra figura clave cuya existencia no es conocida por todo el mundo, pero cuya acción puede determinar de manera decisiva el destino judicial de un presunto criminal: el psicólogo forense.

Licenciado en Psicología (en la actualidad, diríamos graduado), el Psicólogo Forense ha alcanzado dicha condición laboral después de formarse, además, en Criminología y/o en Psicología Forense propiamente dicha, mediante másteres o estudios superiores similares. En nuestro país, por ejemplo, dado el carácter público de las instituciones judiciales, esta persona deberá también superar una Oposición.

El motivo de todo lo anterior es claro: siendo la Psicología la ciencia del comportamiento (eminentemente humano), su aplicación a un terreno tan complicado como el del crimen resulta en una materia densa, compleja y delicada, cuya aplicación práctica inmediata no implica, precisamente, acciones judiciales superfluas: el peritaje de un sospechoso por parte de un psicólogo forense, mediante la entrevista, por ejemplo, puede resultar decisivo de cara a la consideración de la inocencia o la culpabilidad de aquél. Esto da una idea, por ejemplo, de la delicada aprobación científica que han de superar los instrumentos que este género de psicólogo va a utilizar: tests, cuestionarios, indicios observados directamente en el sospechoso, etc.

Una vez realizada la breve presentación anterior de esta figura profesional, el verdadero objetivo de este post es el de ofrecer al lector una visión del trabajo, los conocimientos y las responsabilidades de la misma, haciéndolo además de primera mano. Porque, ¿qué mejor forma de conocer esta profesión que propiamente de la mano de un psicólogo forense de verdad?

El autor de un interesante blog titulado Desde El Exilio, www.desdeelexilio.com, nos ofrece una entrevista a Stephen Porter, destacado psicólogo forense que, en palabras de dicho blog, “se dedica a investigar en profundidad las artimañas de los delincuentes a la hora de ocultar a los demás sus crímenes e intenciones criminales. […]También está interesado en cómo el sistema penal falla, a la hora de condenar a los culpables y librar de pena a los inocentes. En este área le interesa comprender cómo las decisiones judiciales pueden verse alteradas por los sesgos en nuestra psicología, así como el modo en que los recuerdos son tergiversados por el contexto en el que se recuerdan, conduciendo a falsas acusaciones”.

Pinta bien, ¿no? El interesado lector podrá encontrar el enlace al post original al final de esta entrada.

*    *    *

1.-¿Qué estudia la psicología forense?

Los psicólogos forenses estudian el comportamiento humano que se da en la intersección de la psicología y el derecho. Esto incluye la toma de decisiones jurídicas, el comportamiento criminal, la victimología, la detección de mentiras, los trastornos mentales y la delincuencia, la personalidad y los crímenes, y la memoria de los testigos presenciales.

2.-¿Que redes neuronales se activan cuando mentimos? ¿Cuáles son los signos corporales, conductuales y expresivos básicos de la mentira?
La neurociencia de la mentira se encuentra todavía en su infancia y aún se precisa un gran trabajo antes de que podamos llegar a conclusiones sólidas sobre la actividad cerebral y la mentira. No obstante, la investigación con neuroimágenes ha puesto de manifiesto que tener un conocimiento oculto o “culpable” sobre un crimen (por ejemplo, un conocimiento que sólo el asesino tuviera) está asociado con la actividad de ciertas redes neuronales. El cuadro general que se desprende de estos primeros trabajos es que el conocimiento del engaño está asociado con un aumento de la actividad de las cortezas prefrontal, parietal y cingulada anterior. La aplicación de esta investigación requiere mucha cautela, ya que la mayoría de los trabajos hasta la fecha se han realizado con mentiras en las que hay poco en juego. Los indicios específicos del comportamiento con más fuerte apoyo hasta la fecha son las ilustraciones o los gestos con manos y brazos (un aumento o disminución importante de los mismos), la reducción de la tasa de parpadeo, una mayor latencia en las respuestas (es decir, más tiempo antes de responder), pausas más largas y más frecuentes, un descenso de la velocidad del habla, descripciones vagas, repetición de detalles, unas producciones demasiado estructuradas (que indican que han sido ensayadas), falta de un encaje contextual, y la falta de conversación específica relativa a los incidentes con víctimas múltiples (es decir, los crímenes más graves).
Además, el cazador de mentiras debe estar muy en sintonía con los “resbalones” idiosincrásicos – incluidos los verbales (como cambios en el tiempo verbal ; por ejemplo que el sospechoso de un caso de desaparición se refiera a la persona desaparecida en pasado), no verbales (como las comunicaciones inconscientes al interrogador, incluidas potenciales recreaciones del crimen), y señales faciales (expresiones emocionales involuntarias y fugaces que normalmente se producen solo en la parte superior o inferior del rostro y de forma más general simplemente expresiones falsas), y (3) en función del contexto, el cazador de mentiras debe asimismo considerar el uso de técnicas de entrevista estratégica tales como manipular la carga cognitiva de un sospechoso (haciéndole pensar mucho), realizar preguntas imprevistas, evaluar la precisión de las respuestas en cuestionarios sobre lo que conoce el culpable, y el uso estratégico de las pruebas para dirigir las preguntas y detectar el engaño.

3.-¿Cómo está de avanzada la investigación en métodos de detección de mentiras? ¿Será posible, en un futuro, reconocer a un terrorista antes de que actúe, o determinar la culpabilidad de un acusado en un juicio solo a través de sus cambios neuronales, de expresiones faciales o de otras señales corporales?
La ciencia del engaño está avanza en el sentido de que se han realizado cientos de estudios sobre señales conductuales del engaño. Por otro lado, sólo un puñado de estudios han sido realizados con verdaderas mentiras de “alto riesgo”, y aún es necesario mucho trabajo. Me atrevo a predecir que pronto será posible identificar a personas que ocultan información o sus intenciones, basándonos en una combinación de expresiones faciales, lenguaje corporal, y declaraciones que hagan al observador informado.
Nuestros estudios sobre la eficacia de la formación sugieren que los profesionales pueden aprender a detectar a los mentirosos de alto riesgo, con un 80% + de exactitud, sin embargo, estas mentiras son de lo ocurrido en el pasado – no sobre intenciones de futuro. La investigación sobre la detección de intenciones maliciosas está en su infancia. Más investigaciones en este tipo de engaño, y el dilema ético de la exposición de intenciones maliciosas sin que se pase a la acción, se requieren antes de que esto sea puesto en práctica.

4 .- ¿Qué validez tienen los testimonios de los testigos presenciales? ¿Cuán confiables son sus recuerdos?
Depende de una serie de factores. En general, las experiencias traumáticas son relativamente bien recordadas, contrariamente a la noción freudiana de represión. Así que si uno es física o sexualmente asaltado, sus recuerdos serán precisos y duraderos en comparación con los de las experiencias ordinarias.Sin embargo, curiosamente, los recuerdos emocionales o traumáticos también son altamente vulnerables a las desinformaciones, tales como las de las preguntas engañosas (véase Porter, Demitrioff, y Ten Brinke, 2009). Los interrogadores policiales pueden hacer preguntas de modo que conduzcan al testigo o víctima a recordar el crimen de una manera radicalmente diferente a la forma en que ocurrió realmente. La investigación sugiere incluso que la gente puede ser llevada a recordar eventos completos que nunca sucedieron a través de interrogatorios altamente sugestivos (por ejemplo, Porter, Taylor, y Ten Brinke, 2008).

5 .- ¿Cómo podemos trazar el perfil psicológico de un criminal?
Los perfiles psicológicos, tradicionalmente, son bastante intuitivos y poco fiables. Sin embargo, la investigación en la última década sugiere que prestar atención a las características de la escena del crimen y a la naturaleza de la violencia infringida a las víctimas puede indicarnos rasgos específicos de personalidad de los autores. Por ejemplo, la investigación apunta a que esa información puede indicar con relativa confianza si el crimen fue perpetrado por un psicópata o por un no psicópata (por ejemplo, Porter, Woodworth et al., 2003) o por múltiples individuos o uno solo (Juodis et al. 2009).

6 .- ¿Cuáles son las características de una personalidad psicopática?
La personalidad psicopática es generalmente la de alguien que carece de conciencia, en términos de remordimiento, empatía, o emociones en general. Dentro de la población criminal los psicópatas son prolíficos – cometen un mayor número de crímenes y más violentos que los delincuentes no psicópatas. Él o ella tienden a ser superficialmente encantadores con el don de la palabra, no tienen deficiencias intelectuales y están muy sintonizados para reconocer a víctimas vulnerables. Alarmantemente, los delincuentes psicópatas parecen ser capaces de usar este estilo interpersonal para negociar acuerdos de culpabilidad, sentencias más cortas y excarcelaciones más tempranas, a pesar de su pobre desempeño en la comunidad. Por supuesto, las personalidades psicopáticas no aparecen exclusivamente entre la población criminal. Estos rasgos de personalidad también pueden permitir a un individuo medrar en el mundo de los negocios. Por ejemplo, Bernie Madoff, que diseñó la mayor estafa piramidal de la historia, se ha descrito como poseedor de rasgos psicopáticos.El estudio de las “serpientes de traje” es actualmente un campo floreciente de la investigación en psicología forense.

7.-¿Cuáles han sido sus mayores logros profesionales, tanto en lo teórico como en la aplicación práctica de su conocimiento para capturar criminales?

Consideraría uno de mis principales logros el llevar la ciencia a los profesionales de la ley en lo referente a la detección de engaños, falsos recuerdos, homicidios y personalidades psicopáticas, a través de talleres de capacitación y charlas. Nuestro grupo ha hablado con numerosos grupos, incluyendo investigadores criminalísticos, jueces, abogados, fiscales, indemnizadores de personal, psiquiatras forenses, tribunales de derechos humanos, juntas de inmigración, y periodistas de investigación. En este sentido estamos acercando la ciencia al mundo real, y esperamos poder ayudar a los profesionales de la ley a atrapar a los mentirosos y a los criminales y a mejorar la toma de decisiones jurídicas en general. Nuestra recientemente publicada “Teoría de las Decisiones peligrosas” (DDT) ofrece un modelo completo que considera cómo se cometen los errores en el sistema de justicia penal, incluyendo cómo suaves mentirosos embaucan a los jueces y a los jurados, y también cómo personas inocentes acusadas son “encarriladas” a través de una visión de túnel y una serie de sesgos naturales humanos en la toma de decisiones (Porter & Ten Brinke, 2010).

8.-¿En qué está trabajando ahora?

Mi laboratorio está trabajando en varios asuntos que consideramos fundamentales para entender el comportamiento humano en el contexto legal. Estamos a) realizando el estudio de mayor escala hasta la fecha sobre el engaño de alto riesgo, mediante la investigación del lenguaje verbal, corporal y las expresiones faciales de las personas que piden públicamente el retorno de un familiar desaparecido, y que luego resultan ser el asesino; b) examinando la relación entre las emociones negativas y la memoria; c) examinando cómo los psicópatas identifican y seleccionan a las víctimas emocionalmente vulnerables, y d) examinando cómo el rostro del acusado influye en la toma de decisiones jurídicas (por ejemplo, cómo se evalúan las pruebas relativas a una persona que resulta tener un rostro que no inspira confianza en comparación con las de otro que tenga un rostro que inspire confianza.

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Enlace al contenido original: http://www.desdeelexilio.com/2010/10/30/psicologia-forense-entrevista-a-stephen-porter/
Fuente: