A pesar de que tanto la psicopatía como la sociopatía no tienen reconocimiento oficial como trastornos, es importante establecer las diferencias entre ellas pues es innegable que constituyen dos de las tres grandes categorías en las que se bifurca este trastorno:
PSICOPATÍA: se trata de un conjunto de tendencias antisociales, que podrían ser causadas tanto por diferencias biológicas, cuantitativas de temperamento o cualitativas en la función cerebral de quienes la padecen, y que les dificultan su socialización cuando se encuentran en edad de crecimiento. Nótese que utilizo el término “podrían” pues aún no se ha podido determinar la génesis de este trastorno.
SOCIOPATÍA: en este caso se trata de individuos con un temperamento normal, pero que no poseen los atributos necesarios para convivir socialmente, por lo general como consecuencia de una crianza negligente, incompetente o abusiva por parte de los agentes primarios del proceso de socialización: los padres.
La crianza de los hijos es decisiva en la sociopatía. La dinámica propia de un estilo educativo displicente y permisivo por parte de los padres resulta, en el futuro, en hijos incapaces de socializar en forma correcta y que, por lo general, cometen delitos pues no reconocen las normas sociales, como consecuencia de la falta de normas por parte de los padres.
Si a esta negligencia se le suma una actitud irresponsable y/o indiferente –conductas típicas de padres inmaduros– es muy difícil que sepan cómo enderezar a sus hijos en algún momento de su crecimiento, sobre todo en la adolescencia. Y a todo evento si el abuso se encuentra presente en la crianza de los hijos el cóctel de componentes se torna explosivo: no respetan, no acatan, se dejan llevar por sus deseos cualquiera que estos sean y, es altamente probable, que cometan delitos. El autor citado para este artículo sugiere que los cambios culturales recientes que se han producido en Estados Unidos, han contribuido al crecimiento de la incidencia de esta educación inepta de los hijos y, por ende, en un aumento de la sociopatía desde la preadolescencia.
A punto tal lleva esta afirmación que indica que “las personalidades antisociales responsables de la mayoría de los delitos en EE.UU., no son psicópatas. Son sociópatas”. Entonces, se podría concluir que las personalidades sociópatas son más numerosas y representan un mayor problema social, teniendo en cuenta el aumento de los índices de delincuencia y violencia, además de estar más presentes en la sociedad occidental y, dentro de ella, más dentro de la población urbana que en la rural.
La sociopatía es el subgénero más amplio del Trastorno de Personalidad Antisocial; en él se encuentran sujetos –generalmente hombres, pero el sexo femenino se encuentra en aumento– que no fueron correctamente socializados desde su infancia hasta su pubertad: “poseen características impulsivas o modelos de hábitos que pueden atribuirse a un aprendizaje desviado que interacciona, quizá, con tendencias genéticas también desviadas”, según Lykken.
Pero esto no debe llevar a confusión: el temperamento de un sociópata muchas veces es normal a pesar de la ineptitud paternal, mientras que otros pueden ser nerviosos, agresivos y/o buscadores constantes de estímulos. La mayoría de población reclusa satisface los criterios diagnósticos del Trastorno de Personalidad Antisocial que identifican a más de la mitad de hombres que consideramos “delincuentes comunes”, pero no todos se identifican con la psicopatía, ya que en este último trastorno no existe ningún tipo de probabilidad de que establezcan un vínculo afectivo con alguien de su entorno, ni siquiera el familiar. En los casos de TAP, se puede apreciar que parte de la población carcelaria posee algunos vínculos familiares y llegan a establecer lazos de “amistad” con otros reclusos.
En el caso de los sociópatas, se puede coincidir con Lykken que son el producto fallido de una educación funesta e indisciplinada, aunque no por ello se obtenga como consecuencia una persona con la que sea difícil entablar ningún tipo de vínculo.
Fuente: LYKKEN, David, “Las personalidades antisociales”, Herder, Barcelona, 1994
Autora: Dra. Susana P. García Roversi - Buenos Aires - Argentina
Enlace la artículo original: http://criminologiaycriminalisticafb.blogspot.com.es/2015/03/sociopatia-trastorno-de-personalidad.html
Gracias Lucía por tu entrada.
ResponderEliminarTu artículo aporta mucha cantidad de información, para poder diferencia a un psicópata de un sociopata. Lo que viene muy bien porque es cierto, que a veces los usamos como casi sinónimos. Además, el post me ha aclarado bastante sobre el origen de la sociopatía, no sabía que la educación paternal podía afectar tanto, creía que lo que más influía eran los primeros años de guardería.
Gracias a ti Silvia. Aprovechando tu comentario, y para que veas lo importante que es la educación parental, haré una nueva entrada que se titula "La mente de un asesino escolar". En él también habla de este tema y de ejemplos de casos en los que estudiantes normales terminaron matando a sus compañeros de clase.
EliminarAl igual que comenté en la entrada de Estafany Ladera Ruiz sobre los significados de criminología y criminalística,esta entrada es de gran interés para comprender muchos errores que se cometen a la hora de identificar a "personas antisociales".
ResponderEliminarTu entrada nos permite diferenciar en qué casos una conducta antisocial viene dada por una mala educación o negligencia por parte de los padres hacia su hijo (siendo en este caso sociopatía) a una conducta antisocial dada por factores biológicos como puede ser una anomalía cerebral o alteración de genes (en este caso psicopatía).
Este último caso lo comenté en mi entrada de "¿Los asesinos nacen o se hacen?", en el que se hablaba de un "gen guerrero" que determinaba este tipo de conductas.
Muchas gracias por tu entrada, ha sido muy aclarativa.
Gracias Marta.
EliminarTendré en cuenta tus recomendaciones del post de Estefany y el tuyo. Has conseguido despertar mi interés por conocer a qué te refieres con el "gen guerrero" y comprender también la diferencia entre criminología y criminalística.
Hola Lucía,
ResponderEliminarTe felicito por tu entrada, ya que con ella has contribuido a aclarar dos términos que se confunden frecuentemente, así que a partir de ahora ya no tenemos excusas :)
Me ha resultado bastante interesante conocer el papel que juega la enseñanza de los padres en los hijos, pudiendo ser éstos en cierto modo responsables de la sociopatía de sus criaturas.
Gracias Cristina.
EliminarLa educación siempre ha tenido una gran importancia para la sociedad y éste es uno de los motivos. La infancia de todos debe ser la adecuada para que, de mayores, podamos insertarnos en la sociedad sin causar problemas a los demás ni ser personas infelices.